Chapter 4.

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"¿¡Cómo has hecho eso!?" Preguntó alarmado James mirando a su alrededor sin reconocer el lugar en el que se encontraba. "¿Donde estamos?"

"Relax, take it easy." Murmuré, más para mí que para él, mientras rebuscaba en uno de los cajones de la vieja cómoda de mi antigua casa. "Digamos que soy una maga. Estamos en Nueva Orleans, mi antigua casa. Aquí nadie nos encontrará, por lo menos de momento." Cerré el cajón de golpe, al no encontrar lo que buscaba.

Se formó un incomodo silencio entre nosotros, en el que solo se podía oír el ruido de los cajones abriéndose y cerrándose de golpe.

"¿Por qué me llevaste contigo?" Me quedé inmóvil ante su pregunta.

"¿Preferías quedarte allí?" Pregunté esta vez con cierto tono de tristeza y la mirada sombría. Cuando lo vi por primera vez hace unos minutos, pude ver en su mirada como comprendía de primera mano lo que yo sufrí en mi momento. Como si él hubiera pasado por lo mismo, como si hubiera sentido mi dolor en sus propias carnes.

Ya estaba acostumbrada a quedarme sola, a que las personas terminaran abandonándome tarde o temprano. Pero, me había visto en sus azules orbes. Y, el rechazo siempre duele.

Odiaba la soledad. Esa sensación de no tener a nadie, de que nadie te levantará si te caes, de un vacío en mi interior. Siempre pasaba lo mismo. Conocía a alguien, me ilusionaba y ese alguien desaparecía. Pisando los restos de mi maltratado corazón.

"No es eso. Pero, no entiendo por que te preocupas por mí. No me conoces y me has llevado contigo. Podías haberme dejado allí." Sonreí con tranquilidad y giré sobre mis talones mirándole compasiva.

"Supongo que me recuerdas a mí."

"Yo no me parezco en nada a ti, yo me habría ido y te hubiera dejado a tu suerte." Habló él con la mirada baja. Estaba sentado en mi antigua cama. El colchón era viejo y sucio, y las sábanas estaban medio rotas y húmedas. Me senté a su lado con la mirada perdida.

"Pues has tenido suerte de que no sea tú." Sonreí intentado quitarle tensión al asunto.

"No sabes todo lo que he hecho, las vidas que he arrebatado por culpa de HYDRA..." Lo observé con atención mientras hablaba. Apoyaba sus codos sobre sus rodillas y sus manos estaban apoyadas detrás de su cuello. Su pelo largo y descuidado le cubría el rostro. Tuve que aguantar la tentación de tocar su brazo metálico. Pero, en mi defensa diré que era increíblemente llamativo. No en el mal sentido, era increíble. Y me provocaba mucha curiosidad.

"No eres el único que ha usado HYDRA para matar." Respondí en un susurro, no me sentía para nada orgullosa de ello, y él tampoco lo parecía.

Al escuchar mis palabras alzó su cabeza y me miró sorprendido.

"¿Por eso te busca SHIELD?" Preguntó.

"Sí." Suspiré. "¿No es genial?" Pregunte irónica. "Ahora nos persiguen los restos cabreados de HYDRA y SHIELD." Reí sin gracia.

Su penetrante mirada seguía posada en mi y eso me incomodaba. Su semblante era serio y he de admitir que era bastante atractivo.

Sophie se levantó de su lugar con la mirada baja al notar el calor subir a sus pálidas mejillas. Su cabello castaño claro adornado con su típico sobrero negro la hacían ver realmente "adorable" a ojos del soldado. Él la veía como una pequeña niña que no debería haber sentido todo lo que él. A sus ojos era una niña, una niña que debía cuidar. En su verde mirada podía ver el dolor y arrepentimiento. Pero, también habían fuertes deseos de venganza.

Illusionist ||Bucky Barnes||  [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora