ᴀᴍᴀɪᴀ [1] sᴀɢᴀ INFERNO. ᴇᴅɪᴛᴀɴᴅᴏ

16.COSTILLA

Mi niña,

cuatro meses faltan para liberarte,

una costilla rota conseguiste,

al intentar salvar a Emily

de los golpes de las otras anorexicas.

Mi niña,

una amiga conseguiste,

pero tu cuerpo rompiste.

Mi niña,

no tienes ni idea de lo que pasará,

el ocho de noviembre,

algo te pasará...

Ese día tu amiga chilló,

tu corrieste,

a su cama tricolor,

ella comenzó a saltar y a chillar,

de alegría,

te la quedaste mirando,

confusa(y alegre) de que sonriera.

Ella te miro,

salto de la cama,

te cogio las manos,

y comenzó a bailar

alrededor de la rosa habitación.

Una enfermera entro,

al oír los gritos(de tu mejor amiga)

Mi niña,

ella os miro y sonrió,

te llamo y acompañó,

fuera de la habitación,

te guió por los coloridos pasillos,

y te encerró en una habitación,

tu confusa golpeas te la dura madera.

Te sentaste en un sillon,

de color chillón,

y al suelo miraste,

sin saber que hacer.

Cuenta no te diste,

pero la puerta se abrió,

cuenta no te diste,

pero él entró.

Él se acercó,

con cuidado a ti,

y tu,

al ver una enorme sombra,

tu cabeza levantaste.

Las primeras lágrimas

comenzaron a asomar por tus ojos,

al verlo a él sonreírte.

Tu chillaste y le abrazaste,

él en brazos te cogió,

y te aprisionó,

(contra su musculoso cuerpo).

Él más grande esta,

su pelo más corto,

aunque con la mirada igual de fría

(que contigo se descongela).

-Mi pequeña - te susurro,

besándote con cuidado.

-Mi boxeador-susurraste tu,

apretando tus brazos y piernas,

alrededor de su cuerpo.

La enfermera entró,

y al verlos la garganta se limpio,

él se giro y su cara y mirada,

de nuevo cambio,

una de hielo.

La enfermera pálida se quedo

y tartamudeando os miro.

-Pueden irse a la habitación de la anore-

no acabo la frase,

ya que él gruño (cabreado).

-De Amaia - susurro.

Él salio,

empujando a la enfermera,

de la triste y deprimente habitación.

Comenzó a caminar por los pasillos

y entro a una habitación,

con la puerta violeta.

Camino hasta la cama violeta,

y se sentó,

dejando a su pequeña en su regazo.

-¿Quien es él?-pregunto una dulce voz.

Tu miraste a Emily,

y sonreiste,

los presentastes,

y ella chillo.

Ella contenta estaba,

de ver al boxeador,

de ver a tu salvador.

...
¿Nuestro boxeador la salvará?

Besos❤.