ᴀᴍᴀɪᴀ [1] sᴀɢᴀ INFERNO. ᴇᴅɪᴛᴀɴᴅᴏ

8.[SU] PROPIA GAMA DE COLORES

Amaia,
nuevos colores,
aparecieron en tu piel,
él lo notó,
y de la rabia gruño.

Tu madre te volvió a pegar,
al de nuevo tu interrumpirla.

Ella de nuevo te destrozó,
con sus insultos rabiosos.

Ella de nuevo se encerró,
con un hombre en su habitación.

Tu gateaste hasta tu habitación
y te encerraste llorando de dolor.

Mi niña,
me duele verte así,
con una gama de colores en tu piel.

Ahora tu tienes mas cuidado,
al ocultar tus colores,
para que él no los observe.

Pero desde que él vio el primero,
a cada segundo,
el ojo mantiene en tu pálido cuerpo.

Mi niña,
¿Por que lo hiciste?
¿Por que la pegaste?

Te equivocaste.

Ella no fue quien colgó tu mochila,
de aquel pino monumental.
(Al que tu no conseguías llegar)

Ella no fue quien estripo,
tus coloridos escritos.
(de una chica de color)

Ella no fue la que colgó,
esa foto en las paredes de la institución.

Te equivocaste.
Y la pagaste...

Tu madre llegó,
a la hora exacta al despacho del director.

Y cuando te vio,
sentada en el sillón,
con la cabeza gacha,
y tus piernas balancearse,
al no llegar al suelo,
supo que algo malo te pasaría.
(Y algo peor cuando os fuerais a tu querida mansión)

Ella fue falsa con el director,
le sonrió y le engatusó,
consiguiendo mantenerte ,
en la pija institución.

Cuando acabó,
te cogió con fuerza y tiro de ti,
hasta el azulado coche,
pero tu te detubiste,
al verlo a él,
recargado sobre la pared,
fumando un Camel,
sin fijarse en las escena,
que había delante de él.

Tu madre te gritó,
llamando así su atención,
te pego en la mejilla,
y después te arrastro,
tirándote dentro del coche,
sin cuidado alguno.

Observaste,
como él avanzo,
apretando los puños,
hacia tu dirección.

Tu madre lo observó,
y mordiéndose el labio,
se presentó.

Él te miro de reojo,
haciendo que tu corazón,
durante un segundo,
parase de funcionar.

Comenzaste a temblar,
cuando tu madre se le insinuó,
te querías morir,
quería llorar de la vergüenza,
querías chillar de la impotencia.

Él se aparto,
de la gran puta,
que sin descaro se le insinuó.

Camino hasta el coche
y la puerta abrió,
se agacho y te miro.

Tu apartaste la mirada,
y temblando sollozaste.

Él te calmo,
cogiendote en brazos,
y él se asusto,
al ver lo poco que pesabas.

Te pregunto si estabas bien,
tu solo te aferraste (más) a él.

Tu madre os observo,
de la rabia chillo,
lo aparto de un empujón
y de nuevo te tiro,
dentro del coche azulón.

Arrancó y ha velocidad alta se alejo.

Él gruño lleno de furia,
al haber sido arrancada de sus brazos.
Él quiso matar a tu madre,
por alejarle de su posesión.

...
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