Nuestro tutor en Skype III

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Juan Manuel se despertó sentado en una silla, atado a ella, en una habitación vacía y deteriorada. Había una ventana que daba a un bosque. Era de noche.

Vio aparecer a Víctor con una bata de médico por una de las oscuras esquinas de la habitación. 

- Vaya, parece que te has despertado. 

El chico intentó hablar, pero tenía una escuadra pegada a la boca con cinta adhesiva.

- No vas a poder articular palabra con eso, chaval.

Juanma miró a su alrededor, buscando algo que pudiera usar para defenderse si Victor se volvía violento.

Ahora que se daba cuenta, el profesor traía una mesa desplegable de madera consigo.

La abrió y la dejó en frente de su alumno. Del bolsillo interior de su bata sacó un portátil y lo dejó sobre la mesa. Abrió la tapa y estaba Skype.

Se volvió hacia Juanma y le sonrió. 

- Te he traído aquí para que entiendas lo importante que son las voces.

Le quitó la escuadra y la cinta de la boca. 

No hablaba, pero lloraba y temblaba. 

Inició una llamada con un tal Anuj.

- Halo. -Dijo la voz que salía del ordenador.

- Salúdale. 

- ¿A quién le gusta el arroz con voces? A mí, a mí. -Dijo Juanma, aturdido por el arroz que le había inyectado Víctor en las venas.

- Saluda como cuando eras alguien libre.

- Hola.

Victor volvió a sonreír. 

- Halo, Anuj. -Dijo Víctor.

El indio empezó a hablar en una lengua que no la entiende nadie. Pero dijo algunas cosas en inglés: You are breaking my heart, I miss Kelly.

Víctor notó algo diferente en su amigo. Hacía tan solo unos días desde que no le llamaba, y lo notaba triste, y diferente de los demás días. Él solía ser un hombre alegre y divertido.

El profesor conocía su lengua, y comenzó a hablarle de una manera muy rara. 

Le preguntó que le sucedía. Pero su amigo no le contaba nada, solo le decía que estaba mal y que quería morir. Víctor investigó sobre el tema, pero eso fue más tarde.

- Bueno, parece ser que mi amigo no se encuentra en condiciones para contarte lo que debes saber. Así que lo haré yo. -Dijo cerrando la tapa del ordenador.

Juanma asintió.

- Veamos...  Como ya sabrás, el arroz es mi comida favorita. Pero solo lo es con el "ingrediente". ¿Sabes cual es?

- ¿V-voces?

- Exacto, como si no lo supieras. -Se rió.- Pues ese ingrediente es muy importante. Sin él no puedo vivir, y si no lo consigo pronto, podría volverme loco. Como... Ese día.

Víctor caminaba de un lado a otro en la habitación.

- ¿Y qué hago yo?

- ¡Eh, eh, eh! -Se volvió hacia Juanma y le cogió por el cuello. -No me hables así. Lo único que tienes que hacer es... -hizo una pausa.- Morir. Para que pueda quedarme tu voz. Y para eso, necesito que grites. Hasta que te quedes sin voz, que es cuando yo la obtendré. 

- Ya veremos, ya veremos.





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