Capitulo 03

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-¿Qué mierdas? –dice la fuerte y ronca voz llena de ira que proviene del hombre detrás de mí.

-Vaya pero, si tenemos a la pequeña perra de Becca divirtiéndose –aplaude Meghan mirándome con la diversión impresa en cada una de sus operadas facciones mucho antes de que Harry le dedique una mirada llena de reproche.

Muchos deseaban a la pelinegra frente a mi tan solo por tener un gran trasero y curvas pronunciadas pero, todos en la universidad teníamos muy en claro las numerosas operaciones que ella se había realizado y todo lo delataba una foto en el anuario cuando su nariz era gruesa y grande, totalmente lo contrario a la nueva que estrenó en el inicio de clases.

Los ojos furiosos y llenos de impotencia del castaño me miraban fijamente y eso solo llevó a Niall a apartar sus manos de mi cintura pero, fui mucho más rápida y entrelacé sus dedos con los míos quedando frente al imponente hombre que una vez fue parte de mi mundo y sus ojos se estrecharon bruscamente al mirar mis manos entrelazadas con las del rubio haciéndome sonreír con autosuficiencia.

-¿Qué tal Styles? –pregunto manteniéndome mi arrogante sonrisa y haciendo que el castaño eleve ambas cejas irradiando incredulidad.

-Veo que te diviertes –susurra mirando de Niall a mí y viceversa mientras yo asiento y dejo caer mi cabeza hacia atrás dejando que una sonrisa silenciosa se expanda por mi rostro.

-Yo veo que estás haciendo un acto de caridad –respondí mirando a Meghan quién estrechó su mirada llena de autosuficiencia a mí antes de tratar de tomar la mano del castaño quién la apartó en el instante en que sus dedos se rozaron.

De repente el sonido del repique de un móvil se escuchó entre el silencioso y tenso ambiente y Niall suelta mi mano para sacar el aparato de sus jeans y llevarlo a su oído para contestar y usar eso como pretexto para alejarse de mí.

-¿Qué está mal contigo? –pregunta el castaño con frustración grabada en cada parte de su rostro.

-Es una adicta al sexo –se burla nuevamente Meghan y sonrío colocando mis manos a ambos lados de mi cintura y la miro incrédula porque ella aún se esconde a espaldas del ojiverdes- ¿No es así, Becca? –pregunta mientras yo asiento para restarle importancia a sus palabras.

-Meghan, por favor... -pide Harry mirándola cansado mientras yo negaba y sonría al unísono que Meghan.

-Debes ir en busca de un doctor, querida –aconseja fingiendo preocupación por mí y continuo con la autosuficiente sonrisa que mi rostro ha adoptado mientras la pelinegra se burlaba de mí- Podría darte sífilis o algo por el estilo –dice haciendo un gesto de auto suficiencia con la mano antes de reír.

-Pues, deberías darme el número del especialista que te quitó el hedor a pene –dije borrando la sonrisa de su rostro y viendo como una se formaba en los labios del ojiverdes intentando mantenerse firme y serio pero, se le hizo imposible porque pronto sus comisuras estaban completamente elevadas- Ese fue el milagro de La Rosa de Guadalupe –Eleve mis cejas enviando una mirada llena de burla.

-Hija de pe...

-Meghan, déjanos solos –ordena Harry escondiendo su rostro entre las palmas de sus manos mientras la pelinegra asentía y me dedicaba una mirada llena de odio antes de desaparecer por la fina tela en la entrada a la azotea.

El ojiverdes alejó sus manos de su rostro y me miró lleno de orgullo mientras yo me encogía de hombros y mantenía la sonrisa en mi rostro. Y nos miramos como si nada a nuestro alrededor existiese y no hago más que abrazar mi cuerpo para evitar el frío de la noche que se escurre por mis brazos.

-¿Qué haces en Los Angeles? –susurré mirando la punta de mis zapatos incapaz de mirar nuevamente los esmeraldas ojos del hombre frente mí y solo pude escuchar una casi inaudible risita emerger de su garganta.

-Vine en busca de algo que perdí –respondió haciéndome subir mis ojos hasta los suyos velozmente para encontrarme con la diversión grabada en cada uno de los tonos de verde y ámbar.

-Espero que lo consigas –dije vacilando porque mi mente solo variaba en dos opciones.

O estaba hablando sobre recuperarme o de verdad había perdido algo aquí.

-Lo haré –advierte acercándose peligrosamente a mí mientras yo daba largos pasos hasta atrás para escapar de su camino pero, pronto una maldita pared se interpuso en mi camino haciendo chocar contra esta y manteniendo mis ojos en el hombre que tenía una sonrisa grabada en el rostro.

-¿Qué? –pregunté tratando de mantener mi postura segura pero, en el momento en que sus brazos se colocaron a ambos lado de mi cabeza poco a poco cada bloque de maldad fue cayendo al suelo dejándome casi indefensa. Casi.

-No me provoques –murmuró en tono amenazante mientras mi piel se ponía de gallina tanto por su cercanía como por el tono lleno de peligro en su voz- Tú y yo sabemos que nada bueno va a salir de esto –acerca poco a poco su rostro frente al mío y de un momento a otro la respiración falta en mis pulmones e intento alejarme de él pero, él ahora está rozando su nariz con la mía y cierro mis ojos por un segundo.

-Eres un imbécil –espeto en su rostro mientras aún sigo cerca de él y una sonrisa se apodera nuevamente de sus labios haciéndome enfurecer.

-¿Soy un imbécil? –pregunta con una ceja elevada mientras yo trago con dificultad.

Mierda, su mirada es una tormenta de emociones pero, no puedo descifrar ninguna de ellas y es lo que más me aterra. Es lo que tenía tanto tiempo si temer y asiento demostradnos decisión pero, solo lo hacía externamente porque cada parte de mi moría internamente al tener a escasos centímetro de mí.

-¿Soy un imbécil por venir a verte luego de 4 años? –Pregunta y la ira al procesar sus palabras se hace dueña de todo mi sistema haciendo que solo quiera golpearlo fuerte en el rostro por ser el mentiroso más grande de todo el mundo.

-No, eres más que eso–suelto con más hostilidad de la que pretendo- Eres todo eso por ser mentiroso y adivina, qué. –Digo- Tan solo eres la basura que pisa mi zapato cada día –respondo elevando mis cejas y observando cómo su rostro se transformaba en dolor, cómo si hubiese recibido un fuerte golpe en el estómago y dedico una última mirada a sus ojos antes de caminar lejos de la azotea.

Camino hacia el jardín y toda la capa de dureza que creé frente a Harry se desvanece y el dolor comienza a estrujar mi pecho haciendo que un nudo se aloje en lo más profundo de mi garganta pero, eso no evita que siga con mi paso rápido y entre al auto golpeando el volante y haciendo que se active la corneta para luego apoyar mi frente en éste.

Mi respiración es agitada así que mi pecho sube y baja de maneras descontroladas mientras aprieto mis ojos para mantener a raya mis lágrimas pero, luego de unos segundos la puerta del copiloto es abierta y cerrada rápidamente así que volteo para encontrarme con los azules ojos de Niall llenos de angustia.

-¿Todo está bien? –pregunta con preocupación mientras yo dejo escapar una débil sonrisa y asiento en respuesta.

-Tú eres otro imbécil –susurré recordando que él me dejó sola con Styles.

-Todo va a estar bien –susurró y el silencio se alojó entre nosotros tan tensamente como allá arriba- Vámonos a casa. Descansemos y ya mañana será un nuevo comienzo –dijo dulcemente el rubio antes de envolverme en un abrazo y luego salir del auto para intercambiar su puesto conmigo para así encender el auto y sacarnos de este maldito lugar.



Kingdom [HS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora