Abrí los ojos con falta de fuerzas, a pesar de no hacer realizado ningún esfuerzo físico, intelectual o emocional; papá no me había recargado. Giré sobre mi misma en mi prisma hasta dar con el botón rojo, el cual presioné. Cerré los ojos esperando quedarme dormida, pero oí como alguien bajaba las escaleras. Era papá, el cual hablaba por teléfono. Parecía que yo observaba atenta y disimuladamente lo que decía por algún interés, para conseguir información secreta o para descubrir algo. Extraño.
—Funciona, puede realizar acciones de un adolescente normal con mucha facilidad. Si ya sé que yo la instauré en ella... No ya he dicho que es imposible que una máquina piense por sí misma, bueno...Podría intentarlo. No estoy asegurando nada. Maldición Richard no cortes —le oí decir
Marcó de nuevo.
—Escúchame lo haré, ya estuve tratando de crear un programa que simule sentimientos y lo instalé en ella...No sé si estará funcionando...Pero está en proceso...Un cerebro Richard es algo que hasta ahora es un gran misterio para el hombre. Entiende ella es un programa.
¿A qué se refería papá? Tenía un deseo de conocer aquello a pesar que me fuera ajeno y no era de mi incumbencia ¿Qué soy yo?
—Buenas noches, Richard —cortó
***
Me levanté en la mañana como de costumbre y seguí la misma rutina. Elegí las prendas que no estaban usadas y me las puse. Corrí descalza hacia el piso de arriba con un liga y un utensilio plano con púas para que mi papá arreglé mi cabello.
Mientras me peinaba le pregunté:
—Papá ¿Qué soy yo?
—Pues una persona.
—Y... que es una persona.
Él dejo un momento el peine en donde estaba cepillando mi pelo mientras lo sujetaba fuertemente.
—Pues... un individuo perteneciente a la raza humana.
—¿Y que lo diferencia de otras razas? —indagué
—Vaya no sabía que eras así de curiosa. —Empezó a peinar mi cabello más rápido—. Pues... razona, no como los animales y tiene sentimientos no como los robots...
—Como sabemos que los robots no tienen sentimientos y que los animales no razonan.
—Pues, por estudios científicos. —dejo el peino a un lado—. Se hace tarde, será mejor que te vayas, Julieta.
No me despedí de papá. Tomé mi mochila y el autobús como siempre. Al llegar a la escuela me encontré con Cameron a la que pude reconocer por su cabellera pelirroja entre la multitud.
—Hola Julieta. Sígueme te estuve esperando —dijo clavando sus inquietos ojos verdes en los míos.
La miré de la misma forma y asentí.
—Hoy tenemos gimnasia a primera hora. —me informó con cierto desinterés—. Estoy segura que te adaptarás fácilmente.
Llegamos a un lugar amplio llamado "Gimnasio" el cual tenía unas cosas parecidas a anchas escaleras en los laterales. Cameron me dijo que se llamaban gradas. Nos sentamos en ellas hasta que llegó un pequeño hombre el cual debía ser nuestro profesor.
—Buenos días pastelitos. —nos observó con atención—. Veo que hay muchos nuevos... El día de hoy practicaremos el aspa de molino, el pino y haremos algo en la barra. Pero primero vayan a cambiarse.
Nos dirigimos a una estrecha habitación con cabinas y bancos. Julieta me dijo que entrara en una de ellas y me cambiará. Seguí sus instrucciones y salí para luego darle paso a ella. Cuando acabamos noté que Cameron no quería salir.
—¿Tienes alguna incomodidad?
—Es que... me da... vergüenza —dijo con su rostro de un color notoriamente más rojo.
—¿Nuestro atuendo? Yo también lo llevo. Salgamos
La empujé hacia la salida y nos dirigimos hacia el grupo de estudiantes. EL profesor empezó a demostrar como debíamos hacer los ejercicios. Nos puso en una fila y tuvimos que imitarlo. Observé los errores que la mayoría cometía, hasta formar una imagen en mi cabeza de cómo hacerlo de la forma perfecta.
—Evans, su turno. Aspa de molino.
Me posicioné de frente colocando mi pierna izquierda doblada mientras me impulsaba hacia adelante, al mismo tiempo que mis manos estaban bien colocadas a mi izquierda. Aterricé mirando al profesor con las manos alzadas para luego bajarlas.
—Perfecto —dijo con una sonrisa, dejando ver una dentadura amarillenta—. Ahora el pino.
—¿Cuánto tiempo?
—Lo que pueda resistir. —sonrió de nuevo.
¿Resistir? ¿Qué era eso?
Repetí la posición inicial pero esta vez en vez de lanzarme lateralmente lo hice de forma vertical quedan con las manos en el suelo y los pies el aire.
Estando de cabeza pude ver una sonrisa entre las demás; la de Leonardo.
---------------------------------------------------------------------En multimedia Cameron~
Espero que les haya gustado.
Voten y comenten :)
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Todo lo que necesito
RomansLeonardo se está enamorando de Julieta, pero hay un problema. Él tiene dieciocho, ella aparenta quince. Él es humano y ella...¿No?