Quiero saber...

819 53 20
                                    

Jeff manejaba algo veloz en esta ocasión. Rebasaba los demás autos como si le importara lo más mínimo estrellarnos contra algún poste o auto.

- Jeff... ¿Podrías bajar la velocidad?

-¿Quieres conducir tú?

- Claro que no. Solo te estoy pidiendo que seas precavido. Nada más.

- Pues entonces déjame conducir como me plazca.

- Podrías matarnos. ¿No te importa?

- Muy poco en realidad. Estaría haciéndote un favor si muero.

- ¿Sabes algo? Fue suficiente.- desabroché el cinturón de seguridad

- ¿Qué haces?- preguntó

- Detén el auto.- ordené

- ¿Qué?- pareció no entender

- Que detengas el maldito auto. ¿Eres sordo o qué?

Él solo hizo caso a lo que pedí. Bajé del auto, en frustración total. No podía comprender como alguien puede cambiar de personalidades en cuestión de segundos. Esta mañana era una persona y ahora, es otra totalmente opuesta. Este Jeff...serio, sarcástico, volátil y hostil, no es él que yo conocí.

Miré nuevamente hacia el auto. Él se había bajado también, y recostado del mismo con los brazos cruzados, como si esperara a que yo regresara. Seguí pensando en que hacer. Por alguna razón él había tomado una ruta diferente de camino a casa. La calle estaba desolada y si pasaban uno o dos autos, era mucho. Tomé un respiro y caminé de regreso hacia él. Me posé frente a él, algo que le pareció gracioso.

- ¿Ya se te pasó el enojo?- arqueó la ceja

- No estoy enojada.- respondí cortante

- ¿No? ¿Y se supone que debo creerte?

- Puedes hacer lo que te plazca.

- Escucha.- sacó sus manos de su abrigo- Sé que tal vez estés molesta, y que eso se debe a la manera en que estoy siendo contigo esta tarde, pero deberías entenderme. Para mi es...- no le dejé terminar

- ¿Entenderte? ¿Entender que? Solo quiero saber quien eres. Conocer más de ti, y porque todos son como son contigo. Y tu...solo evitas hablar sobre ti mismo.

- Tienes razón, lo evito. ¿Y sabes por qué? Porque no quiero que conozcas quien soy, o incluso lo que soy. Mientras más alejada estés, será mejor para ambos.

- ¿Por qué?

- No quiero...lastimarte.

- Excusas.

- ¿Qué?

- Solo das excusas.

- ¿Crees que solo son excusas? ¿En verdad lo crees?- se levantó repulsivamente frente a mi, haciéndome dar un brinco

- Si, eso es lo que creo.

- Bien. No me queda de otra, ya que insistes.

- ¿Qué harás?- pregunté

- Mencionaste que querías conocerme, quien era y porqué. ¿No?

- Si.

- Pues entonces lo harás.- sorprendida ante su respuesta, tuve que preguntar

- ¿Qué haré?

- Un juego de preguntas.

- ¿Juego de preguntas?

- Ya lo verás. Pero para poder hacerlo durante el juego se tienen que cumplir tres condiciones.- su mirada se volvió fría

- ¿Que tres condiciones?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 25, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Viviendo Con El AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora