No esperaba su visita.

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-Era una tarde de otoño, la temperatura era fresca por lo que el castaño mantenía puesto su abrigo y su bufanda verde, aquella que su mejor amigo le había obsequiado en su cumpleaños; el castaño de ojos verdes se encontraba en su hogar, sus hermanos tras jugar un par de horas se cansaron y se quedaron dormidos en la habitación del mayor, por lo que el castaño, en busca de un poco de descanso, salió del cuarto, paseando por el living para ir a la cocina y preparar chocolate caliente, al cabo de unos minutos había cometido lo dicho. Quedándose unos segundos parado, soltó un tenue suspiro tras soplar la taza y tomar un sorbo del chocolate, aquella tarde hacia más frío que de lo común.

Por otro lado. . .

Un joven de cabellos azabaches se encontraba vagando por las calles de la ciudad, no tenia ni la menor idea de donde se encontraba, pues, era pésimo al momento de ir en direcciones desconocidas (aunque el resultado seria igual si las conociera), ya era tarde, la temperatura disminuía y el joven de cabellos azabaches había pasado todo el día tratando de llevar a su club (dado a que su orgullo le impedía pedir indicaciones).
Terminó por quedarse sentado frente a una casa, reposando su espalda entre los arbustos, frotando sus manos para tener un poco más de calor.

Por extraña razón y causa del destino, aquella casa donde se encontraba el joven nadador pertenecía a la familia del capitán del club Iwatobi.

El castaño estaba a punto de volver a su habitación con sus hermanos hasta que escuchó un ruido proveniente de la parte delantera de la casa, la curiosidad lo llevó a acercarse a la puerta, asomándose por esta para ver quien seria y. . . sinceramente fue de su sorpresa el ver a un pelinegro recostado en los arbustos, no, aquel no era su mejor amigo, la figura era de un tamaño más grande.

El pelinegro cerró los ojos por unos instantes, sabia que estaba mal el recostarse en aquel lugar pero, joder, estaba totalmente destrozado de ir de aquí para allá sin saber donde estaba.

El castaño abrió la puerta, acercándose cuidadosamente hacia el cuerpo frente al patio, cuando tuvo la distancia suficiente, finalmente pudo observar su rostro, dandose la sorpresa de que era

". . Yamazaki-kun? "

Alzó la ceja para luego arrodillarse frente al nadador, quería saber si aquel se encontraba bien, una de sus manos se colocó suavemente en la frente del adverso, su temperatura era baja.

El azabache sentía que lo observaban, pero no le dio tanta molestia hasta que escucho una voz llamarle y tras eso sintió una mano cálida posarse en su frente, haciendo que abriera uno de sus ojos, teniendo la imagen borrosa del que tenia enfrente.

" Uh. . ?"
-El azabache inclinó su mirada, quitando la mano ajena de su frente.


" Hey. . ." y el castaño esbozó una de sus tiernas sonrisas, era bueno que fuese un conocido el que le diera aquella inesperada visita, sin causarle tanta importancia la acción del pelinegro, se reincorporó, extendiendo el brazo hacia el nadador el cual la estrecho para hacer lo mismo y agradeció con un simple ladeó de cabeza.

Finalmente pudo observar el rostro del contrario, ¿era el capitán de Iwatobi, no?

¿. . . Tachibana? ¿Qué haces tu aquí?
-Pregunto como si no recordara que el perdido era él. Acomodándose correctamente los ropajes para luego llevar ambas manos a sus bolsillos.

Simplemente tú. ┊SouMakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora