¿Regresaré?

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 Se sentaba en la alameda y también en la vereda. Aguardaba sola en silencio, nunca supe a quién o qué esperó durante tanto tiempo. Nadie jamás la molestó, ella sola sentía la necesidad de tomar asiento y dejar que todo fluyera tal cual la corriente de un río. 

  Pero, el tiempo no le favoreció, sus dentaduras cayeron y sus cabellos emblanquecieron y aún así, su espíritu seguía intacto.

  Más un día, alguien apareció y mientras estaba esperando, se la llevó. Sentada duerme un sueño profundo solo que esta vez espera volver al mundo.







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