El Ángel De La Muerte.

gran equivocación.

Cuando me separe de Daniel todo pasaba frente a mis ojos como en cámara lenta, Ramael entró corriendo a la casa, Satoel presionaba el pecho de Zeqel y gritaba algo que no podía escuchar.

El sonido estaba ausente veía todo pero no alcanzaba a escuchar nada.
Daniel vociferaba delante de mi y en un momento dado tomo mis hombros y los sacudió, gritaba y sacudia pero no lograba sacarme de mi estupor.

Parpadee lentamente y respire profundamente tratando de reiniciar mi cerebro, escuche mi nombre lejano y en eco, poco a poco se hacía más cercano y más cercano.

-hey! Harmoni contestame!.

Mire dentro de sus ojos y todo recupero velocidad, todo el sonido regreso y me golpeó.

-zeqel?. Fue todo lo que logre decir.
-el se pondrá bien, tranquila, Sato llevala arriba y cuida de ella!
Satoel me levanto del brazo con rudeza y me arrastró hasta su cuarto.

-basta me lastimas ya sueltame!. Tire mi mano de su agarre.

-es lo menos después de como esta zeqel por tu causa!

-yo no tengo la culpa!

-claro que si es todo tu culpa, ese monje te buscaba, los vigilantes lo mandaron por ti!

-de que hablas? Cómo sabes que es un monje enviado por los vigilantes?

-Sato! Ambos giramos la vista hacia la puerta -baja a la sala por favor. Rama estaba pálido y cabizbajo. -harmoni espera aquí por favor...

-es zeqel verdad? Le detuve tomando su brazo. Es el? El esta..?

No me contestó solo volteo la cara y Sato corrió escaleras abajo, yo corrí tras el empujando a Rama que intentaba detenerme baje lista para lo que me esperaba por que algo me decía que yo tenía razón.

Zeqel estaba tendido en el sofá muy quieto, con sus preciosos rizos dorados aplastados contra su cara, sus ojos cerrados y sus manos en su abdomen.

-no no no No!. Corrí hasta el.

-harmoni...? Daniel tomo mis brazos.-no creo que lo logre así que...si tu quieres despedirte...

-no, yo no me voy a despedir porque el no se irá, se quedará conmigo. Me acerqué a su oreja.-zeqel quédate conmigo quédate y te prometo que nunca más estaras sólo, quédate y te prometo que sólo seré tuya, toda yo en cuerpo y alma, lo juro seré tuya sólo tuya.

Bese sus labios fríos mientras lágrimas rodaban de mis ojos.
Me separe de el y mire su rostro por última vez.

Justo cuando me levantaba una mano tiro de mi vestido.
Zeqel apenas con fuerza abrió los ojos y trato de sonreír.

-harmoni, mi harmoni.

Para mi sorpresa zeqel se levantó como si nada le hubiera pasado, se quitó la camisa y su abdomen estaba bien, todo el se veía igual o mejor.

-que bien te salió todo zeqel, ya juro su propia alma como tuya, la hija de asael esta en tus manos, bravo.

Satoel estaba de pie riéndose y aplaudiendo de una forma lenta y sarcastica

-de que hablas? Zeqel de que habla? Quien es asael y porque insisten que soy su hija?

Mire fijamente a zeqel pero no hubo respuesta, ni de el ni de Daniel o Ramael.

Algo tiraba de mi estómago hacia la calle, tal vez mi instinto o tal vez alguna fuerza invisible, fuera lo que fuera mi cuerpo reaccionó y camine lentamente hacia la puerta.
Gire el pomo pero estaba cerrada.

-no puedes salir de aquí muñeca, eres nuestra ahora, déjalo ya no podrás!

-yo no soy de nadie! Algo en mi cabeza me decía que si podía abrirla sólo tenía que desearlo, la puerta emitió un chasquido, el click hizo eco rompiendo el silencio y al girar el pomo esta vez si se abrió.
-adiós...
Cruce la calle hecha un relámpago y me trepe a mi moto, por los espejos retrovisores pude ver a un Satoel furioso intentando alcanzarme, no lo logró obviamente.
No sabía que hacer ni a donde ir, así que sólo conduje hasta el otro lado de la ciudad.
Me detuve fuera de una gran edificación muy extraña, sentía algo pero no sabía que era.

-y vienes a mi sin necesidad de ir a buscarte, perfecto!
Detrás de mi, recargado en una estatua se encontraba el tipo que intentó matar a zeqel.

-yo no vine a usted, de hecho ya me iba.

-espera haley!

-mi nombre es harmoni.

-bueno harmoni, no me presente la última vez, soy Thomas Fitzgerald.

-si? Pues mucho gusto y con permiso.

-harmoni no entiendes que estas en peligro, debes quedarte aquí, Dios te guió hasta su templo para protegerte de los caídos, de shemihaza y todo su séquito, te van a utilizar!

-yo... auch!!!
La marca en mi brazo ardía y me sorprendió sobre manera, tenía la forma perfecta de una estrella y estaba roja y punzante.
-me quema!

-ya juraste tu alma harmoni?

-como.. como sabe eso?

-tú marca se acomodo, ahora pueden seguirte ya que generaste un vínculo, con cuál de ellos dime?

-zeqel, mierda arrancame el brazo! Le grite desesperada, el ardor era insoportable.

-juraste pero no uniste por eso te quema y tu vínculo es muy fuerte, le amas! Por eso no regresó al infierno, le salvaste!

-yo, yo no, yo no le... rayos ya basta.

El ardor en mi brazo quemaba como mil brasas ardientes, sentía que explotaria en cualquier momento.

-vamos dentro harmoni, debemos entrar aquí estas expuesta y....

-y nada, tu, aniquilador, sueltala ella me pertenece!

El dolor paro como si de nitrógeno se tratase sentía un frío intenso. Rama, Sato y Zeqel estaban frente a mi con largas alas negras que salían de su espalda, estoy alucinando pensé.

-como es que tienen...?

-oh aniquilador esto no es nada...

Los tres abrieron paso a dos personas más, detrás de ellos un joven muy bello de la mano de una mujer se hizo presente. Era alto, de ojos azul profundo y cabello largo y rubio. La mujer a su lado se parecía a mi sólo que entrada en los treintas.

-madre? No lo podía creer.

-asa, aa, asa,asael...! gimio Thomas

Mire a zeqel, quien me miraba fijamente, parecía hablar en voz baja, articulaba algo <corre> <vamos> <ahora>

-al fin todos reunidos! Queridos míos ya se acerca la libertad!

-quien eres tu?

-tu padre, estas enorme haley!

-me llamo harmoni!!!

-te llamaras como yo lo ordene!

-ya basta, ella no se irá contigo, vamos harmoni entra al templo.

Asael silbo suavemente y una ventisca sopló llevándose a Thomas por los aires y a mi con el. Justo antes de el impacto unas alas negras me rodearon y yo logre sostener a Thomas de una pierna. Caímos dentro de una vieja fábrica, el aire fue expulsado de nuestros pulmones pero no podíamos detenernos.

-vamos tenemos que seguir!

-co,cooco, coo, como?

-no lo sé sólo corre!

-pueden correr pero no esconderse querida, sólo necesito un poco de tu sangre! Reía asael -O tal vez toda!

-harmoni por aquí vamos.

-cuidado!!!