Sexo en el Convento [Sin Acabar]

4.Y la acción se queda

Pasaron meses y Coraima, unida a su estúpido novio, seguía formando parte del grupo de amigas de Azi. Por lo que tras la estabilidad de su amiga con su novio, Az se unió más a sus amigas solteras ya que disponían de mas tiempo y se apuntaban a los planes de noche. Esto no supuso algo positivo del todo, pues ella veía que Elena quedaba con dos chicos en el mismo día, Patricia quedaba también con otro, Laura repetía con chicos de la discoteca... En fin, cosas que no se salían de la normalidad en una adolescente, pero Azi no las compartía. Lo que hacían sus amigas era algo exagerado, que contrastaba mucho con Az.

-Azi, qué tal con Gorka Serras? Madre mía, el guapo del instituto. Y en tu mano... Habéis quedado?

-Que no, Laura. Que no me apetece.

-Por?

-No lo sé, ya le he conseguido, ya le besé en la fiesta, ya no me llama la atención...

Sin embargo, Azi sabía que aquel chico era deseado por muchas, y ya que ella le tenía fácil optó por quedar con él. Quedaron en el Cárcaso, un bosque enorme a las afueras de Madrid. Él la llevó con su coche y en el camino hablaron de tonterías ya que no había muchos temas comunes. A Azahara le pareció una conversación algo forzada pero agradable. Cuando llegaron Gorka aparcó en el interior del bosque y comenzó a besarla. Demasiado rápido. La comenzó a agarrar de la cintura y a acercarla a su cuerpo. Ni siquiera se habían movido ya que estaban en el capó del coche aún caliente. Aunque no más que Gorka. La empezó a meter mano cosa que Azi rechazó en cierto modo sacándole la mano de sus zonas. Él siguió con el tema y la ofreció que ella le masturbase a lo que Azi también se excusó. Sentía la obligación voluntaria de hacer el amor al acceder a esa cita, pero luego sin embargo se asustó al ver la rapidez del chaval. Su primera vez fue así mas o menos, pero ella estaba más cómoda. Cuando le dijo a gorka que quería ir despacio el chico se enfadó, la llamó de todo, arrancó el coche y se fue.
Sí. La dejó en medio del bosque. De noche. Azahara no tenía batería y estaba sola y perdida. Comenzó a andar y andar desesperadamente hasta un sitio alto para poder ver el paisaje y decidir qué dirección tomar. Visualizó una especie de palacio con luces encendidas al que se dirigió corriendo. Cuando llegó no se veía bien la fachada, estaba oscuro a pesar de ser sólo las 8, el invierno se había hecho con la oscurodad. Llamó a la puerta asustada. Para su sorpresa una monja le abrió, y su alivio no podía ser mayor. La monja, sorprendida no dudó en invitarla a pasar.

-¿Qué hace una niña a estas horas sola por el Cárcaso?