Tras muchos meses y muchas charlas con sus padres finalmente envío la solicitud al convento y tras varios papeleos y varios rituales y proclamaciones finalmente entró a formar parte del convento con sus 18 años recién cumplidos y accedió al Monasterio del Cárcaso cómo pedía en su solicitud.
Las monjas del convento ya sabían que aquella muchacha que llegó sola y asustada del bosque iba a ser la próxima hermana en incorporarse.
Cuando llegó no tardo nada en acostumbrarse a aquella vida de grandes madrugones, coros religiosos, misas reflexivas, tareas domésticas, actividades, cenas silenciosas...Pero enseguida empezaron las primeras pruebas de Dios. Todos los días venía un cura a dar una misa solemne por la mañana únicamente y era un cura recién incorporado muy guapo, alegre, joven y muy hombre. Simplemente el hecho de que ella no podría ni tocarlo nunca le hacía enloquecer por él de una forma insana. Lo más peligroso de esta historia es que el cura sentía lo mismo por ella.
Un día a la semana invitaban al cura a comer y después solían ir a hacer los coros mientras dos monjitas recogían la mesa y el cura se disponía a abandonar el monasterio. Aquel domingo le tocaba recoger la mesa a Cristina, su fiel amiga y a la propia Azahara. El cura no dudó en quedarse charlando, por primera vez tuvieron una conversación directa. Tras risas y más risas llegó el tonteo inocente que sorprendentemente llevó al cura a proponer a la muchacha ir al confesionario a que le enseñara una foto de su viaje a África. Azahara no dudó en decir que sí y se quedó terminado de fregar mientras él iba llendo.
- Pero tú te crees que soy tonta? A qué estás jugando Azahara? No puedes hacer eso, has hecho una promesa, ese hombre es el demonio.-Le dijo Cristina, agarrándola del brazo.- No te quiero mentir, hermana. Pero ese hombre me gusta, le amo, me atrae mucho. Ahora mismo estoy ciega de amor y no puede ser malo porque siento cosas buenas, tal vez me arrepienta, pero si me arrepiento le confesaré a Dios en mi intimidad y mi pecado quedará impune.
Dejó el trapo y se dirigió hacia el confesionario mientras que Cristina nada más que Azi salió por la puerta rompió a llorar de forma incontrolada y se encontraba de rodillas en el suelo.
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Sexo en el Convento [Sin Acabar]
AcakAzahara es una joven de 17/18 años que tras una insatisfacción con los chicos y con su familia decide meterse a monja donde sigue sin encontrar la felicidad hasta que conoce en el convento a su amor verdadero. "Una historia magnífica, sin palabras"...