-Asi que vienes y te sientas siempre a la misma hora en este lugar a leer el mismo libro de siempre, ¿Por que lo haces?
-Realmente quisiera recordarlo pero solo se que siempre me ha gustado hacerlo, ¿tu crees que estoy mal?
«¿Desde cuando nos tuteamos?»Ella sonrió y le dio un sorbo a su té y luego a su café seguido por una mordida a una de las galletas, luego me miro con curiosidad o interés y empezó a contarme algo..
-Hace tiempo conocí a un chico aqui, no le gustaban muchas cosas y se quejaba de todo, y en una de sus palabrerías lo detuve y lo tranquilice, se quejaba de que su café estaba muy amargo, así que solo tome de un en dulzante que yo tenia y se lo di, el chico pareció calmarse y se mostró agradecido, luego me invito a salir
-¿Que paso con el? ¿En donde esta hoy?
-Aveces me ve y aveces no, aunque me tenga en sus narices, el sufre de una pésima memoria, tirándole a alzheimer
-Eso es terrible, ¿hace cuanto tiempo se vieron?
-Un año, pero prometió que nos volveríamos a ver y aun no sucede eso.La chica se entristeció y y bajo la mirada a sus bebidas, pobre joven, esperaba a alguien que no a vuelto, no seria mal momento para que el chico del que me hablara apareciera por la puerta y preguntara por ella.
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Hojas De Café Y Miel.
RandomUna historia desarrollada en un lugar común de encuentros casuales, pero también inesperados, la combinación perfecta entre olores, sabores y ambiente perfecto para una pequeña narración de amor