Cosas del Destino

Capítulo 12

Capítulo 12

"Entonces todo se volvió completa y absoluta oscuridad para mí"

Narras Tú

Me alejé caminando de Malik con la cabeza en alto y completamente victoriosa. Aún no puedo creer que haya accedido sin problema alguno a olvidarse por completo de mí, hasta nuevo aviso. ¿Cómo no se me pasó por la mente decirle antes que podía pagarle sus mugrosas reparaciones?. Le hubiera ahorrado una buena paliza a Jaxon, me hubiera ahorrado muchos malos ratos y bochornosos momentos públicos. Mi vida no se hubiese visto perturbada por él, ni por nada, ni nadie.

Miro la hora en mi teléfono. ¡Mierda!. Llevo más de quince minutos de retraso y estoy segura de que el profesor me dará castigo y me mandará a detención por ser irresponsable e interrumpir su clase. Suspiro y aprieto los puños con fuerza, desde que terminé de hablar con Zayn siento que alguien está siguiéndome o viéndome desde algún lugar escondido pero he tratado de ignorar aquello ya que no quiero verme como una loca. Apresuro mis pasos y la sensación de que alguien me observa aumenta. ¡Por el amor de Dios, estamos en un liceo!, ¿Qué puede sucederme?.

Vuelvo a suspirar y comienzo a caminar más rápido, casi a correr. Ese alguien que me observa y vigila está cada vez más cerca de mí, puedo sentirlo, y sinceramente me aterra de mil maneras diferentes. No hay nadie en los pasillos así que corro como desenfrenada, endemoniada, miro hacia atrás para asegurarme de que no es Malik quien me observa pero repentinamente mi cuerpo hace contacto con algo o alguien y caigo al suelo.

Pego un gritico y siento como me abrazan fuertemente por la cintura. Un temor inmenso me invadió así que no encontré nada mejor que colocarme de pie y echarme a correr nuevamente.

-¡Ten más cuidado! *me gritó el castaño*

-Tengo prisa *le grité también. Doblé en el pasillo y lo perdí de vista aunque aún tengo la sensación de que hay alguien viéndome. Solté un suspiro cuando me detuve enfrente de la sala de estadística, sobe mis muslos y me di el valor de tocar la puerta. Dos o tres minutos después veo al viejo calvo caminando hacia mí*

-Srta. Smith, ¿Qué horas son estas de llegar a clase? *dijo con el ceño fruncido. Mi respiración aún estaba acelerada y la sensación de que estaban espiándome aún rondaba en mí*

{...}

*Después de lo que parecieron años logré ingresar al salón sin obtener castigo ni dada de eso. Gracias al cielo el profesor tuvo compasión conmigo ya que no tuve otra opción que contarle el incidente que tuve en la cafetería. Obviamente no le dije que el estúpido y malnacido de Zayn Malik fue el que provocó mi desastre sino que le dije que había caído por distraída y que había manchado completamente mi atuendo y que había tardado en cambiarme y luego en ir a cambiar mis cuadernos porque pensaba que tenía historia y ciencia geográfica y no estadística. En verdad tuve suerte de que se apiadara de mí. ¿Tanta pena le di?... ¡Ay por Dios!.

Caminé hasta lo último del salón sin dejar fulminar con la mirada a Perrie y a su grupillo de perristas plásticas. Tomé asiento junto a Luz, quien me miró sin comprender el porque de mi tardanza. Alcé la comisura derecha de mi labio y me encogí de hombros, sinceramente ya no quiero hablar más de Malik. Además, si le he pedido que se olvide por completo de mí, ¿Por qué no hacer yo lo mismo?.

Algunos minutos después ya no podía mantener mis ojos abiertos y las ganas de irme a casa estaban por colapsarme. Quería salir y dormir toda la tarde sin ser irrumpida por nada del mundo. Mi cuerpo pedía a gritos tener contacto con las suaves sábanas de mi cama. Mi estómago rugía de una manera infernal pero de todos modos no quería hacer otra cosa más que irme y dormir como un bebé recién nacido. La voz del calvo y regordete profesor se escuchaba cada vez más lejos, ¡Estaba por quedarme dormida en su clase!. Los parpados me pesaban de una manera increíble y malditamente ya no podía controlar los bostezos, eran uno tras otro y sin fin. ¡Dios!. Lentamente me fui recostando en la mesa, de modo que acomodé la cabeza entre mis antebrazos. Cada segundo que pasaba mis ojos se mantenían menos abiertos que el segundo anterior hasta que finalmente todo se volvió silencio y oscuridad*