Capítulo 3

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Tu piel

Oh si, tu piel y huesos

Se convirtieron en algo hermoso

Sabes, sabes que te amo tanto

Sabes que te amo tanto

Tu piel

Oh si, tu piel y huesos

Se convirtieron en algo hermoso

Y sabes que

Por ti me desangraría

Por ti me desangraría

Mira las estrellas

Mira como están brillan por ti

Y todo lo que haces

Fragmentos de la canción Yellow – Coldplay

Volvía a estar sola, Andrew se fue y dijo que volvería mañana o quizás en la noche a ver a Matty - entendí que era su amigo, el de la sobredosis- , estaba sentada en el piso al lado de la habitación de mi madre. Cuando volvimos de ver el amanecer y Andrew se fue llore un poco, extrañaba a mi mamá y quería que cumpliera su promesa de quedarse, de que jamás me dejaría sola, la necesitaba, había tantas cosas que no entendía y no quería descubrirlas por mí misma. Todo el mundo decía que era igual a mi madre, con su piel pálida, sus ojos prominentes marrones y tan expresivos, con una mirada ella te decía todo; otras personas me veían parecida a mi padre, por su pelo oscuro y lacio, y su nariz – lamentablemente había sacado su nariz, larga y fina-, yo creo que era una mezcla de ambos y estaba bastante orgullosa, ellos eran una pareja muy unida – tenían sus peleas como todos- pero siempre fueron muy compañeros y sabía que si mi madre despertaba y se enteraba que papá se había ido la dañaría muchísimo.

Me miraba las uñas que hace un mes había pintado de negro y ahora estaban despintadas, nunca me mordía las uñas pero con estos nervios ya no me quedan uñas.

Diciembre se acercaba velozmente lo que conllevaba a navidad, año nuevo y lo más importante, la nieve –que me encanta, nunca me gusto el verano ni el calor, se me hacía inaguantable- , pero esto ahora me resultaba un problema, no tenía mas casa, porque que nos hayan robado no significaba que no nos habían pagado, los compradores iban a reclamar su casa y yo no iba negársela -significaba que estaba sin casa, en invierno- lo que podía hacer es ir a buscar algunas cosas, como ropa para mí y mamá, fotos y alguna manta, pero el otro problema es que no sé cómo voy a llegar porque ni siquiera sé dónde estoy, nunca había venido a la ciudad sola, estaba incomoda sentada en el piso así que me levante y empecé a caminar desde una punta del pasillo a la otra, después de hacer esto 4 veces me senté en una silla que estaba al frente de la habitación, me dolía el cuello porque no he estado durmiendo casi nada, solo dormía en las sillas o a veces bajada a la sala de abajo que tenía sillones pero la mayoría de las veces estaba ocupado.

El reloj marcaba 11:50 a.m. que significaba que era la hora en la que comían los pacientes y yo también gracias a que una enfermera me ofreció comida el primer día que estuve esperando, y después de eso todos los días se escabullía para traerme comida, realmente era comida asquerosa y sin sabor, pero llenaba y me mantenía con fuerzas para seguir esperando noticias. Cinco minutos después llegó Rubí -la enfermera-, con una bandeja y me la dejo, le sonreí y le agradecí.

— ¿Aun esperando? — Preguntó y asentí con la cabeza — Avísame cuando haya noticias — me pidió y le conteste con por supuesto, esa chica debía llevarme como 5 años, aunque parecía más joven, era muy simpática, había sido la única desconocida que no me causo escalofríos al hablarme, y si nos hubiésemos conocido en otro contexto podríamos haber llegado a ser amigas.

Something In The WayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora