Capítulo 12: Más secretos.

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*Narra Alan*

Simplemente esto no está pasando, estoy alucinando, esto debe ser un maldito sueño, Caro no... Caro no es una maldita asesina... dios... esto es... un momento... ¿Y EL CHICO?.

Él no estaba, desapareció, pero... ¿Cómo?... no no no... wait a minute. Ella seguía ahí parada con el cuchillo en la mano, no parece importante que acaba de matar a una persona... o al menos... lo que creía una persona... ¿Cómo puedo ser tan idiota?. Me acerque a Caro y la tomé de los hombros provocando que se sobresaltara.

- ¿Alan?

No respondí y comencé a arrastrarla por todo el lugar hasta llegar a los baños, donde me detuve y la acorrale contra una pared.

- interfectrix (asesina)- le espeté. Ella me miró con los ojos tan abiertos que pensé que se saldrían de su órbita.

- ¿Cómo sabes latín Alan?- preguntó sin quitar su expresión de asombro.

- Eso no viene al caso- le espeté-. Tu eres una asesina, acabas de matar a alguien inocente y...

- ¿Si te dijera un secreto lo guardarías?- me cortó, yo asentí, ella me miró con cierto temor en los ojos mientras mordía su labio inferior... y luego... luego pude ver algo que no me esperaba... o en parte, Carolina siempre me pareció demasiado cuidadosa como para que no guardara un secreto como este-. El chico que viste...

- Era un demonio... tiene sentido- dije soltándola. Ella me miró extrañada-. Claro... yo tampoco eh sido muy honesto contigo- dije mientras extendía mis alas, no eran tan hermosas como las de Caro, las mías son blancas, blancas como las nubes en los días soleados, y tampoco tengo escamas como ella, yo tengo plumas-. Supongo que ya sabes que soy.

- Nunca pensé que fueras un ángel.

- Y yo nunca pensé que fueras una dragona- dije-. Pero soy un completo idiota, debí haberlo imaginado, peleas como uno.

- ¿Un que?

- Un dragón.

-¿ Y me podrías decir cómo pelean los dragones?

- Siempre proteges tu espalda, no permites que la toquen porque para ti el que te toquen la espalda es símbolo de que perdiste, perdiste tus alas y con ellas tu vida- ella me quedó mirando- ¿Ves?- le pregunté tomándola por la espalda, ella se tensó-. Sólo con tocártela,  aunque sabes que no te haré daño, te tensas.

Ella desvío la vista, era la primera vez que la veía así, indefensa, probablemente se siente así por mi mano que aún no eh quitado de su espalda. Me volvió a mirar, pero está vez con más seguridad, ella guardó sus alas y yo le copié.

- En una historia cliché tú me besaría y terminaríamos enamorados por el resto de los tiempos- comentó divertida.

- Y por suerte no es así.

- ¿Por suerte?- me preguntó con una sonrisa pícara

- Cállate y vamos con los chicos, ya deben de estar preocupados.

Primero fuimos a buscar unas cervezas para pasarlo más desapercibido y luego Carolina me acompañó al pequeño patio, pero antes de entrar dijimos nuestros nombres reales.

- Por cierto, soy Luna, 535 años, dragona.

- Hugo, 473 años, ángel.

Ambos entramos al patio con las cervezas... ahora que lo pienso... los nombres de los amigos de Luna ya tienen sentido... y también el porqué Edik le dice "satélite" a Luna.


Navidad feliz!!... atrasada... ñe, mejor tarde que nunca ¿No?, pero bueno, ojalá la hayan pasado bien, que les hayan regalado muchos libros, y... sean felices =)


Nuestras alasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora