Capítulo 7. Primera parte.
"Louis" gritó Harry, que alarmó a Louis de la peor forma posible.
Una oleada de pánico le recorrió el cuerpo cuando empezó a correr por la habitación y se puso de pie ante la puerta de madera.
"¿Qué es Harry? ¿Qué tiene de malo? "
"Ven aquí. Te necesito ".
Louis abrió lentamente la puerta y al instante se golpeó con un olor familiar que sólo podía ser el olor de Sun Kissed Frambuesa flotando en la habitación. Por respeto mutuo Louis se cubrió los ojos con una mano, paseando por encima de la esquina donde sabía que Harry sería.
Louis escuchó una mufla de risa y luego, "¿Qué estás haciendo tonto?" La voz de Harry se hizo eco rebotando en las paredes del cuarto de baño espacioso.
"No quiero hacerte sentir incómodo-"
"Te prometo que no lo haré."
Y Louis se descubrió los ojos para sólo cumplir con un espectáculo que pensó que nunca tendría el placer de ver. Harry sentado en la bañera rodeado de burbujas, Louis ahora entendía por qué el baño olía a Sun Kissed Frambuesa. Había pequeñas manchas blancas de burbujas que buscaban suaves enredos en los rizos húmedos de Harry y algunos incluso rozaban sus brazos, el cuello y las mejillas.
Si Louis pudiera morir de exceso de adorabilidad entonces este sería el momento adecuado para simplemente caer muerto.
Harry sonrió, sintiendo el calor se levantaba contra su cuello y la extraña sensación de hormigueo en el estómago. Se dio cuenta de que los ojos de Louis miraban y miraban, estaba empezando a ser un poco demasiado para él.
"L-Louis", preguntó Harry tímidamente ruborizado.
Louis salió de su pequeño sueño de día y dijo: "¿Sí?"
"Necesito ayuda. Pero como tú no tienes que-para ayudarme a mí porque yo lo entenderé si no quieres." Harry dijo rápidamente.
"¿Con qué necesitas ayuda, amor?"
"Estoy cansado y ¿puedes lavarme la espalda, por favor?"
Louis asintió y se acercó más a la bañera, de rodillas. Harry le dio una esponja jabonosa volviéndose así la espalda se enfrentó a Louis. Louis sumergió la esponja debajo del agua tibia por un simple segundo antes de cepillar la esponja contra la piel blanca de Harry.
Louis se mordió el labio y observó que los músculos de Harry de la espalda se flexionaban en el contacto. Louis no podía dejar de mirar a la columna vertebral visible huesuda de Harry que sobresalía como un pulgar dolorido.
Louis tuvo que morderse la lengua, temeroso de que si hablaba se llevaría a cabo en una conversación que Harry trató tan difícilmente de evitar. Era como si Louis tuviese casi miedo de tocar a Harry. Su piel se veía tan suave y delicada, para como la recordaba, pero rota.
Harry inhaló y exhaló respirando lentamente por la nariz, sintiendo ese zumbido en el fondo de su mente. Se sentía tan bien, tan relajante que no podía evitarlo cuando un inocente gemido escapó de sus labios.
Los ojos de Louis se abrieron porque no esperaba ese tipo de sonido, sobre todo viniendo de Harry.
"Harry,"
"No, ¡no te detengas! Me siente tan-tan, bien." Harry gimió de nuevo.
Ahí iba otra vez. Esa voz maldita gimiendo que hizo que el corazón de Louis diera un vuelco en su pecho.
Cuando Louis estaba terminando con el lavado de espalda de Harry, Harry estaba más que dispuesto a dar la vuelta con entusiasmo, sonriendo con hoyuelos y todo.