Jack

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Me desperte gracias a la hermosa voz de Cameron cantando.

-¡¿Puedes callarte de una maldita vez?!- pregunté amablemente.

-Son las dos de la tarde. ¡A levantarseeee!

Abrí mis ojos al tope.

-¡Tengo que encontrarme con Jack! ¡Vete! ¡Me tengo que cambiar!

-Bueno, bueno. -dijo encogiéndose repetitivamente de hombros.

Me puse algo sencillo y caminé hasta el hospital lo que fue una mala idea ya que no era tan cerca como lo esperaba.

-Hola, vengo a ver a Jack Gilinsky. - le hablé a la recepcionista.

-Ah sí, él está en su tiempo libre. Está almorzando en el bufete. - me señaló.

-Pensé que no podía caminar.

-El doctor le dijo que no le podía dar de alta pero que podía moverse libremente por el hospital, claro, tiene horarios.- me dijo con una sonrisa.

-Usted sabe mucho de los pacientes, ¿no?

-No, solo de algunos. Jack es muy amable, me visita todas las tardes . Solo que está triste, es un adolescente, tiene que vivir la vida feliz.

-Y... ¿Por qué esta triste? - inquirí dando pequeños golpecitos con mis uñas al mostrador.

-Por una chica que lo tiene loco, pero cuando él empezó a...ya sabes, drogarse, ella ya no lo quiso más.

-Y... ¿Sabes cual es el nombre de esa chica? -pregunté inquieta.

-Dana. -me respondió con su vista en unos archivos. Y bien que no me vio. Me saltaron los ojos de órbita.

-Pero... Por ahí la chica solo se sintió decepcionada por todas las cosas que Jack hizo mal. Jack no fue un santo.

-Yo soy grande, querida. Viví estas cosas hace años. Te diré algo, si esa chica de verdad lo amaba y lo conocía, sabría que Jack es una buena persona y que jamás haría algo para lastimarla.

-La chica no quería lastimarlo, sí, lo amaba y lo conocía lo suficiente como para saber que Jack no haría nada para lastimarla, pero lo hizo, la lastimó.

-Y ¿tu cómo sabes eso? - preguntó frunciendo el seño.

-Yo soy esa chica.

Me miró asombrada pero después sonrió aliviada.

-Lo suponía, mira, Dana, Jack te ama y lo único que quiere es que todo vuelva a ser como antes, él está apenado, ¿sabes cuantas veces se le pasó por la cabeza acabar con su vida? Por favor, dale una oportunidad, es un buen chico.

Diablos, Jack me quiere.

-Lo pensaré, gracias. -dije algo confundida.

-Si lo amas, no lo pensarías ni un segundo.

-¡Pero es que no lo amo!- le grité harta de que me diga que lo perdone. Me di cuenta de que todos me miraban.

Me tranquilicé un poco y luego hablé:

-No... sé si lo ....amo.- repetí entre dientes.

Me fui hacia el bufete y ahí estaba, sentado comiendo una pizza.

Se veía normal. Hice un amague a acercarme pero retrocedí.

-Hola. - lo saludé sentándome en la silla con una sonrisa como si se tratara de un niño nuevo en la escuela.

-Se escuchó todo, lo de que no me amas y blablabla.

Me pegué en la cabeza con la palma de la mano.

-¿Escuchaste todo?

-Prácticamente escuché hasta tu respiración, si no te diste cuenta, estabamos a un metro de distancia.

Me reí pero luego me retracté.

-Lo siento. -maldita distancia y señora charlatana.

-No lo sientas, - dijo de lo más normal comiendo.- extrañaba esto.

-¿Esto? No es como si muchas veces te hubiera dicho que no te amo.

-No eso, esto, hace mucho no te reías o no hablabamos sin pelear.

-Entonces, ¿no estás enojado por lo que escuchaste?

-Na, bueno, quizas me dolió un poco pero creo que me lo merezco.

-No, no te lo mereces, es decir, quizas sí - pausé y él rió.- , pero también te mereces una segunda oportunidad.

Él se atragantó con la bebida.

-¿Lo dices en serio?

Asentí.

-Pero...quiero pedirte algo a cambio.

-¿Tan importante te crees como para que te de algo a cambio?

-Bueno, si... ¡NO! No sé.

Jack rió.

-Nunca te dije que no lo eras, solo te preguntaba. Pero está bien, ¿qué quieres?

Me acerqué aún más a la mesa y junte mis manos.

-Tienes que ir a rehabilitación.

Él, que me miraba con una sonrisa, se volvió serio.

-No, no y no. Prometo que dejaré la droga pero no.- se fue para atrás y tomó un poco más de bebida.

-Entonces no habrá segundas oportunidades.

Bufó y yo sonreí.

-Está bien. Y...sobre nosotros...

No soy una rubia más |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora