Capítulo 6.

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Emma.

Luego de una larga charla con los chicos entendí que Luke no era quien aparentaba, era otro mujeriego que le gustaba jugar incluso aunque eso significara romper corazones en el camino. De todas formas una parte de mi se niega a creerlo, es difícil, no es como si lo conociera de toda la vida pero él realmente tuvo gestos lindos conmigo, pero yo sé que los chicos no mienten y que la gente nunca cambia.

*Flashback*

-Pero, es raro, él fue bastante dulce conmigo, no cuadra con lo que ustedes dicen- realmente parece un chiste.

-Es parte de su juego, cuando te quieras dar cuenta va a tener tu corazón en sus manos y lo va a estar estrujando- dijo Thomas mientras hacía señas con sus manos intentando representar la acción.

-Eso, quizás no tan literal- Zac puso cara de asco al imaginarlo- Pero algo así va a pasar si sigues creyendo sus mentiras.

-No lo sé...

-Estamos intentando protegerte pero no nos queres escuchar Emma- Mi hermano se estaba empezando a frustrar- después no te quiero ver llorando.

-Siempre vienen a nosotros llorando... - dijo Bruce con una mueca de tristeza.

-Pff, ¿siempre?- dije burlándome.

-Si Emma, enamorarse de Luke es equivalente a terminar llorando y maldiciendo a todo el género masculino. Pero hace lo que quieras, solo no te enojes cuando vuelvas llorando y te miremos con cara de "te lo dije". – Zac claramente estaba enojado, frustrado.

*Fin del flashback*

Si volvía a despertarme con el sonido de mi celular gritando una canción que alguna vez me gusto pero hace tiempo odio con todo mí ser, juro que enloquecería. Lunes, lunes, lunes, bendito lunes.

Me metí al baño, me duche y una vez en mi pieza agarre unos jeans negros, una remera celeste, mi color preferido, y mis convers blancas. Un poco de rímel, delineador y a penas de corrector de ojeras, me peine distraída y una vez lista baje a desayunar. Mi hermano estaba sentado ya, con una enorme sonrisa en su rostro mientras escribía algo en su celular, definitivamente no había notado mi presencia, me acerqué sigilosamente y logré ver la pantalla, una tal Lisa era la causante de su estúpida sonrisa, ay, ay.

-¿QUÉ HACES?- Se alteró Liam sacando rápido su celular de mi vista.

-Tranquilo, no vi nada. Solo quería abrazarte- Fingí una sonrisa tierna y mi hermano se tranquilizó, se ve que me creyó...

-Hola hermanita, ¿vas a seguir mi consejo?- Sabía que se refería a la charla de la otra noche con los chicos.

-¿Era un consejo? Yo lo vi más como una orden. –Él suspiro.

-No fue una orden, perdón si lo sentiste así. Simplemente quiero verte bien, me siento inútil cuando lloras porque siento que no pude cuidarte bien. –Agacha la cabeza y mi reacción es abrazarlo, tengo un hermano excelente.

-Te quiero, gracias. ¿Vamos?

-Vamos.

Liam tiene auto y la mayoría de las mañanas me lleva al colegio, es odioso ver cómo le guiña el ojo a las zorras que lo miran y le lanzan besos, pero yo sé que él luego empieza a reírse, siempre, no es un mujeriego, nunca permitiría que lo fuera, y tampoco le gustan esa clase de chicas.

Tengo historia, esta clase la comparto con Brad, excelente, ahora estoy pensando en Luke, el mujeriego de Luke. Entro y ahí está, pero luce diferente, triste. No es como si fuéramos amigos ni nada de eso, pero de todas formas no puedo evitar preocuparme y termino acercándome porque realmente no me gusta ver a nadie mal, excepto que se lo merezca.

Seremos eternosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora