Feliz navidad Yuki. ~Akise~

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Desperté, hacia mucho frío, me había enfermado tenía fiebre, a mi lado me llamó la atención un bulto debajo de mis sábanas, sonreí.
Yukina había pasado la noche conmigo, le dije que estaba enfermo, y vino minutos después. Su madre había ido a otro viaje el día anterior, quise ser amable y le dije que pasara la noche a mi lado.

-Yuki- aparte la sabana de su rostro.
Me sorprendía cada centímetro de su rostro, su piel era tan suave, como una chica, sus labios rosados.
-Yukina
-Mmmm ¿qué sucede? - dijo adormitado
-¿tienes frío?
-si, un poco -bostezó

Con pasos pesados y lentos, me levante aún con un poco de sueño, busque en mi armario, algunas sabanas gruesas, solo recordaba que tenía una, de tela, cálida y muy suave, era grande, no tuve de otra opción más que Yukina y yo durmiéramos bajo la misma.
Un secreto que recordaba de mi amigo era que su pequeña debilidad eran las cosquillas en su abdomen, al mínimo roce se reía.
La risa de Yukina me gustaba... Demasiado, su voz aguda; de tanto pensar, el poco sueño que su tenía se desvaneció por completo, Yukina aún seguía dormido boca abajo, era Navidad, y quería preparar algo por primera vez, quizás algo horneado. O quizás curry, con arroz.

No podía parar de pensar el que Yuki parecía chica, cuando lo conocí era muy aniñado, su cara era fina pero su rostro era de chico, ahora, con más edad es como si hubiera rejuvenecido, quizás se cuida su cuerpo. Era alguien demasiado cuidadoso con su cuerpo, a diferencia de mis "amigos de nombre" eras chicos que solo les gustaba andar peleando siempre andaban fumando y sudaban demasiado, la sociedad etiqueta a ellos como "Hombres" nunca eh comprendido a la sociedad.
Cuando me di cuenta, ya estaba en mi departamento, fui a ver cómo estaba Yuki; seguía dormido.

Si me concedieran un deseo esta Navidad, pediría que Yukina Hiyori nunca se aleje de mi lado, es mi mejor amigo, y lo quiero tanto como mi hermanito pequeño, siento que daría todo por protegerlo... Aunque me cueste la vida.

-Feliz Navidad... Yukina - bese su frente, cálidamente, como regalo de Navidad.

Perdón por amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora