La Novena Vez que Nos Vimos

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La Novena Vez que Nos Vimos.

Al día siguiente de la vez pasada.

Otro partido de práctica.

Esta vez, el partido fue un poco difícil con Reo y Riko-san gritando cada vez que nos acercábamos. Pero valió la pena, después del partido ya teníamos planes, así que mientras Rakuzan se iba hacia sus casas, Seirin a su hotel, nosotros hacia un cine.

"—¿Sei-chan? ¿A dónde lo llevas?—preguntó Reo cuando casi salíamos de la cancha— Oh...¿Tienen una cita?
—SÍIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
—Riko-san, ¿Podría controlarse...un poco? —Cuestionaba uno de sus jugadores.
—Ahm...No es una cita, llevaré a Kouki a ver algunas cosas...ya sabes, cómo amigos.
—Oh. Sí. Claro. Y soy la persona más fea aquí.
—Sei tiene razón...vamos como amigos...
—DEMONIOS, ESTE NIÑO ME MATA CADA VEZ QUE TE DICE "Sei". DIOS.
—LO SÉ, REO-CHAN.
—Entonces...nos vamos—tomé tu muñeca y nos dirigí hacia la calle—. Buenas noches.

. . .

—Si no quieres entrar sólo dime.
—No, no — tapaste tu boca ligeramente—. Puedo soportarla...
—Es una película de terror...no creo que sea buena idea.
—No soy un niño, Sei.
—¿Seguro? —sonreí divertido.
—Seguro —hiciste un puchero—. Tenemos la misma edad, si puedes, yo igual.
—No digas que no te lo dije.

. . .

—S-Sei...—dijiste tapando tus ojos con una mano—. Creo que...
—Lo sé. Vamos —puse mi mano sobre la tuya—, primero, eso no es real. Segundo, si lo fuera, no dejaría que te tocara. Tercero, estoy contigo.
—A-ahm...gracias.

Se escuchó un grito viéndose en la pantalla el cadaver de un niño siendo tijereado. gritaste. La madre aparece viendo al niño para después hacer llegar a los créditos.

. . .

Fuera del cine, te veías asustado.

—Si quieres, te llevaré al hotel donde te hospedas ahora.
—N-No...me voy mañana en la tarde, y apenas hemos estado juntos hoy.
—Kouki...Está bien. ¿A dónde quieres ir?
—No lo sé, creo que...si no te molesta...mi padre...
—¿Quieres ir a verlo?
—S-Si no quieres ir no tienes...
—Quiero ir, ya conocí a tu madre, si tu padre está aquí y estás conmigo no le veo el problema.
—Gracias —tuviste la valentía de lanzarte a darme un abrazo hundiendo tu rostro en mi cuello—. Tú sabes...por ser mi amigo. Por apoyarme...por considerarme alguien importante.
—¿Por qué no lo haría?

La décima vez que nos vimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora