Bailando bajo el muérdago

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Ya sé que aún no he terminado el otro one-shot, si se le puede llamar así, pero esto lo escribí en Navidad. Sé que el 25 ya ha pasado y el día de reyes también, pero mejor tarde que nunca, no?? He puesto la canción para quien quiera escucharla mientras se baila (como dishe el titulo, que es un buen resumen), porque la verdad es que te mete en ambiente y es mas romantico(?)

WARNING: esta ha sido la primera vez que he escrito algo romántico y un beso, así que me ha salido caca. No me hago cargo de daños oculares, cegueras ni vómitos.

"He sees you when you're sleeping, he knows when you're awake..."
La voz de Frank Sinatra cantando "Santa Claus is coming to town" sonaba por toda la sala. 

Callum se encontraba en su sala común con sus amigos. Aaron estaba sentado en la alfombra del suelo jugando con Estrago, que estaba boca arriba para que le acaciara la barriga; Tamara estaba en el sillón hecha una bolita y tapada por una pesada manta, con un libro de la biblioteca que no había abierto en el regazo. Esta vez su largo pelo estaba recogido en un desenfadado moño sujeto por un lápiz. Tenía los ojos cerrados y de vez en cuando tarareaba al ritmo de la música.

Él por su parte estaba tumbado cuán largo era en el sofá con una de las lecturas impuestas por el Maestro Rufus. A pesar de que intentaba concentrarse en lo que leía no podía evitar que su mente comenzara a divagar en cualquier otra dirección. Que Rufus les hubiera prestado su gramófono mágico y estuvieran oyendo villancicos tampoco ayudaba a que se centrara. Así es, ya era Navidad. Veinticuatro de diciembre, para ser exactos. El tiempo había pasado volando. Ya habían vuelto de su primera misión, buscar cuatro ranas moteadas en el bosque, que por cierto habían sido el primer grupo en finalizar.

Call no es que fuera un entusiasta de la Navidad, aunque sí le agradaba. La encontraba muy relajante. Significaba turrón, polvorones, el árbol, la nieve, el frío y los cálidos jerséis navideños, tumbarse en el sofá y leer libros con su padre... pero sobretodo, escuchar villancicos. A Alastair le encantaba sacar su viejo equipo de música en Navidad y poner villancicos a todas horas.

Intentó volver a concentrarse en la lectura pero los animados villancicos se lo impedían. Le entraron ganas de levantarse de un salto y comenzar bailar. Aunque con su pierna dudaba que pudiera hacer nada salvo parecer un pez epiléptico fuera del agua.

Aaron bostezó y se puso en pie. Estrago, al ver que el makaris se iba, se levantó y se tumbó al lado de Tamara. La chica dejó caer el brazo y comenzó a acariciarle el pelaje sin abrir los ojos.

- ¿Adónde vas? - le preguntó Call a Aaron.
- A por patatas -  Aaron llevaba puesto un jersey navideño que, lejos de ser grueso, estaba desgastado y con bolillas.
- Traéme a mi también. - el rubio asintió y fue a la cocina.

Call se dio por vencido y cerró el pesado libro. No había llegado a leer ni cinco páginas. Lo tenía claro, cada vez que tuviera insomnio lo leería, ese muermo dormía a cualquiera. Lo lanzó a la mesa y se estiró. Tenía el trasero dormido de estar tanto tiempo sin moverse.

- ¿Quién se ha comido las patatas? - la voz de Aaron llegó desde la cocina.

El chico volvió a la salita y miró a sus amigos acusatoriamente. Ninguno de los dos dijo nada.

- Bueno, da igual. - suspiró. -Iré al Comedor a por más. ¿Queréis alguna otra cosa? - preguntó.
Al oír eso, Tamara pareció revivir.
- ¿Puedes traer fruta de cueva? Está en la Galería - pidió. Call ahogó una risita al ver que ponía cara de perrito abandonado.
Aaron sonrió.
- Claro, enseguida vuelvo. - dijo, segundos antes de salir de la habitación.
"Santa Claus is  coming to town" dejó paso a "Let it snow".
Call se levantó y comenzó a trotar por la habitación para estirar las piernas.
- Callum - le llamó Tamara. Se había incorporado.
- ¿Humm?
- ¿Vas a...? ¿Vas estar bien estas navidades en tu casa? - cuestionó su amiga. Sonaba preocupada.
Callum dejó de andar y la miró. La chica tenía el ceño fruncido y se mordía la uña del pulgar. Intentó componer una sonrisa que esperaba fuera tranquilizadora.
- Sí, por supuesto. La relación entre mi padre y yo ha mejorado ahora que sé que no quiere matarme. - bromeó.
Tamara lo miró, escéptica.
- Callum - comenzó. Su voz sonaba más seria. - Si al llegar a tu casa no estás cómodo o te preocupa algo, lo que sea, sabes que puedes contar con Aaron y conmigo, ¿verdad? Si quieres puedes venirte a Las Tejas y pasar las navidades con nosotros. Mis padres estarían más que encantados de que te quedaras.
"Sobretodo ahora que soy un makaris"  pensó Call.
- Gracias, Tamara, pero de momento creo que volveré a casa. - Call volvió a sonreírle, y esta vez ella le devolvió la sonrisa. - Además, no tienes que preocuparte por mí, recuerda que soy un makaris y el...
No lo dijo en voz alta, pero las palabras "Enemigo de la Muerte" sonaban tan claras como si las hubiera dicho. Lejos de parecer intimidada, Tamara alzó una de sus cejas perfectamente depiladas.
- ¿Y quién te ha dicho que esté preocupada por ti? - cuestionó. Ahí le había dado.
- El hecho de que me preguntes si voy a estar bien y me dejes quedarme en tu casa lo deja bastante claro - contestó Call, y no pudo evitar poner una sonrisa de superioridad al saber que había ganado.
Tamara frunció el ceño y abrió y cerró la boca varias veces como un pez fuera del agua.
- Touchè - dijo finalmente. Le tiró un cojín que estaba en el suelo a la cara. - Y quita esa sonrisa de idiota que tienes.
A pesar de lo que había dicho ella también sonreía. A Call le gustaba el hecho de que cada vez hubiera más confianza entre ellos. Siempre había pensado que Tamara era más amiga de Aaron que suya. Se apoyó en la pared cruzado de brazos y carraspeó.
- Bueno... ¿y qué libro es ese? - señaló con un ademán de cabeza el libro que tenía la chica en el regazo.
Tamara lo miró sorprendida. Al parecer se le había olvidado de que lo tenía ahí.
- Oh, es un... -comenzó a decir, cuando la canción que sonaba terminó y dejó paso a la siguiente. De pronto soltó un grito de emoción que hizo que Call diera un bote en el sitio. - ¡"White Christmas" de Louis Armstrong! ¡Me encanta esta canción!
Tamara se levantó de golpe.
Call se separó de la pared y la miró con curiosidad.
- ¿En serio?
La chica asintió.
- Siempre me imaginaba... - dijo,  cuando de pronto se calló y miró a Call.
- ¿Qué? ¿Qué te imaginabas? - preguntó.
- Nada, era una estupidez.
- No seas así, dímelo - insistió.
Tamara le miró con recelo.
- No vayas a reírte - le espetó.
- Juro que no me reiré - repuso Call con solemnidad, poniendo una mano sobre el corazón como en las pelis.
Tamara bufó y puso los ojos en blanco.
- Bueno... de pequeña, cuando tenía siete años, me imaginaba que iba a uno de los eventos navideños a los que invitan a mis padres con un precioso vestido de gala, - confesó con los ojos brillantes - y bailaba con un príncipe en uno de los salones de fiesta mientras sonaba esta canción.

Historias Del CallmaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora