Pequeñas historias de uno o dos capítulos sobre el Callmara, la pareja de Call x Tamara de la saga Magisterium.
- Portada realizada por una amiga mía. Si quieres ver más arte suyo (yo sé que quieres), la puedes encontrar en:
sweetcreamdream13.tumb...
Nota: Esto está escrito desde hace meses, cuando aún ni había leído TSM y era un criatura inocente sin preocupaciones por el desarrollo de la trama de Mg.
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Esto se llama Popurrí porque no es un fanfic, sino que en este capítulo voy a hacer una diminuta recolección de headcanons, imágenes y shots (ideas cortitas que tenía por ahí metidas y quería escribir.)
Comencemos por uno de esos shots. Está basado en uno de mis headcanons favoritos de Magisterium: En el último o penúltimo libro, Call termina con cicatrices imborrables en la cara tras una batalla y esas cicatrices son casi idénticas a las de Constantine.
Y de hecho hay dos citas que transmiten un poco lo que aparece en el shot:
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Amor de un café es vida. Más abajo pondré otras imágenes que recuerdan a la ship. Pero primero:
SCARS
Unos ojos grises le devolvieron la mirada desde el espejo pero por primera vez Call no se fijó en ellos, sino en las cicatrices blanquecinas que recorrían su rostro. Antes eran muchas más pero gracias a la magia de la Maestra Amaranth ahora solo quedaban cinco.
Sintió que le costaba respirar. La cara que veía en el espejo era la viva imagen de Constantine Madden, todo aquello contra lo que había luchado para no ser. En un arrebato de ira, se levantó y lanzó el espejo con toda su fuerza contra la pared. Estalló en decenas de trozos que se dispersaron por el suelo de su habitación. En ese momento, Call se encontraba igual de roto. Pegó un grito de frustración y le dio una patada a su mesita de noche, pero solo consiguió hacerse daño. Fue a sentarse de nuevo en la cama con un nudo en la garganta y, con los codos apoyados en las rodillas, enterró el rostro en sus manos.
Alguien llamó a la puerta.
- ¿Call? - llamó una voz conocida con suavidad. - ¿Puedo entrar?
Él no se molestó en contestar. Tamara entreabrió un poco la puerta y se asomó. Al ver a Call, la cerró tras de sí sin decir nada y fue a sentarse a su lado en la cama.
