EL PRIMER TE QUIERO

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Entonces llamé al timbre, y salió Marta, al abrirme la puerta, entremos a su casa, subimos al piso de arriba, a su habitación, y entonces le explique con mayor detalle, todo lo que me había pasado.

Entonces, los padres de Marta le dijeron que se iban 3 días a un sitió, y que se quedara a casa de alguna amiga, yo le dije que se viniera a la mía, y así fue.

Llamé a mi madre y le pregunté si Marta se podía quedar a mi cada tres días, me respondió que sí, que no había ningún problema y entonces se puso la madre de Marta al teléfono y hablaron.

De mientras que hablaban, yo hablaba por el móvil con Carlota, ella me dijo que bajaba a Sant Vicenç, y que si queríamos quedar, yo le dije que sí, entonces nuestras madres, la mía y la de Marta, acabaron de hablar. Marta entonces le pregunto a su madre que si podíamos quedar con Carlota, y nos dijo que sí.
Bajemos la bajada y entonces, le dije a Carlota que llegábamos tarde al tren, a buscarla me refiero, y que nos esperaba en la iglesia. Lleguemos a la iglesia y como le había dicho, me estaba esperando allí.
Luego fuimos a unos bancos que hay delante de casa de Isaac, y nos sentemos en ellos.
Ella me prometió una cosa, me prometió que me diría te quiero en persona, y así fue.

Ella se sentó detrás mío, y yo encima de ella. Marta estaba a nuestro lado, hablando con el Adri por el móvil. Carlota aprovecho, y sin que se enterara Marta. Se acercó lentamente a mi oreja y entonces susurrándome, me dijo que me quería, que me quería muchísimo puse una cara de tonta...

Ella me dijo: "-Que cara de tonta has puesto" y yo le dije: -"-calla..." Y entonces me abrazó.

Ese fue el primer te quiero en persona, el que me prometió. Ella muchas veces me había dicho te quiero, por teléfono, por móvil... Pero nunca me lo había dicho de esta forma.

Ese día, al que me refiero, es el del primer tequilero. Ese fue el primer día que se quedó Marta a dormir a mi casa porque sus padres estaban fuera.

El segundo día como el anterior, quedemos con Carlota, ese día nos levantemos tarde, como de costumbre.

El segundo día no paso nada de especial, solo dimos una vuelta por el pueblo y no mucho más. Bueno, si os digo la verdad sí que pasó algo muy especial, al final del día me mordió la oreja antes de que se fuera.
Si tengo que decir verdad, no me gustó, me encantó.
El tercer día más de lo mismo, pero, no, no paso nada, de especial.





Amores no correspondidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora