CAPÍTULO 8: LA PROMESA PARECE CUMPLIRSE.
Desde entonces mi vida dio un cambio radical; mi cara volvió a vestir una reluciente sonrisa, mis verdes ojos brillaban como si fueran esmeraldas sacadas del subsuelo, la tormenta que acechaba en mi interior amainó y dejó paso a un reluciente sol, llamado esperanza. X había resuelto todas mis dudas. Con unas palabras me hizo ver que todo en esta vida merece la pena, que hay una salida escondida en el agujero, y que por cada mala anécdota hay unas cuantas buenas esperándote. parecía increíble, pero era real.
Todavía miraba cada día a la palma de mi mano, en la cual seguía aquella estrella dibujada, con el mismo tono rojizo, intenso como el fuego, y brillante cual rubí, que me daba esperanzas para marcar los rasgos de felicidad en mi persona y decirme a mí mismo lo bonito que era todo. Ojalá esto hubiese durado por siempre.
CAPÍTULO 9: LA FELICIDAD VIENE Y VA.
Debido al gran número de acondecimientos que acababan de pasar, no me dí cuenta del tiempo y, tan pronto como un parpadéo se me pasó el primer curso.
Como adolescente normal que era, estaba feliz por no volver a ese sitio, pero estaba preocupado, pues no sabía que iba a pasar aquellas vacaciones con X y conmigo.
Pasaban los días y cada vez estaba más inquieto. Hacía mucho tiempo que no veía a X, y no entendía por qué, puesto que al ser mi ángel guardián, podía conectar conmigo siempre que él pensase que lo necesito, y evidentemente, lo necesitaba.
Una de las noches, sentado en mi cama, mirando hacia la ventana abierta, desde la que se observaba la reluciente y bella luna, que en esos instantes velaba por las almas de los seres más inocentes y servía de imagen que contemplar para los enamorados. Me sentía nuevamente desolado, solo en el mundo... Intentando encontrar algo con lo que consolarme, miré mi mano, pero habría sido mejor haberlo dejado, pues el color y la intensidad de la estrella pasó de parecerse al más precioso rubí a presentar un pobre tono ámbar de brillo casi inexistente. Aquella imagen hizo que mis últimas esperanzas de sentirme protegido de la tristeza salieran de mi cuerpo junto con el último suspiro del día, después del cual caí rendido por el sueño.
Todo ese verano no pude dejar de pensar qué le había pasado a X; ¿Estaría demasiado ocupado?¿No podría hablarme nunca?.... Y lo que más temía, ¿Se habría olvidado de mí?
CAPÍTULO 10: DISCUSIÓN ENTRE MUNDOS
Una vez más, comenzó un nuevo curso. Aquel día no hice otra cosa que intentar hablar con X, pero extrañamente, parecía cambiado, pero era peor, pues estaba evitándome completamente. No lo entendía, era mi ángel, se supone que su función era servirme de guía en esta carrera de obstáculos inevitables que se deben pasar tarde o temprano, por muy difíciles que fueran.
Pero me cansé, y fui a buscarlo yo mismo en persona. Cuando lo encontré, le agarré del brazo y lo llevé a la sombra del roble, lugar donde se entablaron la mayoría de nuestras conversaciones.
- ¿Se puede saber qué te pasa?- Dijo, con una voz inpropia de un ángel.- No, perdona, esa pregunta debería hacerla yo, pues no lo entiendo...- Contesté- Me dijiste que siempre estarías a mi lado cuando te necesitase, pero no ha sido así. Cada noche, cada amanecer, cada tarde me quedaba esperando como un idiota una señal de tu existencia, y no veía nada... ¿No creés qué tenga bastante con no poder jugar con mi familia, no poder escuchar las agradables risas de mi hermano, ni los sabios y valiosos consejos de mi padre, con no poder abrazarles, tocarles, sentirles a mi alrededor de cuerpo presente?- Al decir esto, sentí como numerosas lágrimas se precipitaban al suelo, rozando mis mejillas. Finalmente, medio ahogado por la pena, le pregunté.- ¿Qué pasa, que me lo merezco, merezco tanto sufrimiento?¿Acaso soy una batalla perdida?¿O simplemente quieres verme sufrir? Mira..-le dije, levantando la estrella de mi mano- ¿Qué ha pasado con nuestra "sagrada" relación? Esta estrella brillaba como el mismísimo fuego, que poco a poco, se ha ido ahogando en el olvido hasta convertirse en una inexplicable figura pálida y triste que solo deja paso a los malos pensamientos, a la falta de esperanza, a la tristeza...- X no contestó, simplemente sonrió sin venir a cuento y en un abrir y cerrar de ojos desapareció.
¿Merecía la pena seguir luchando día a día?¿Volvería apoder confiar en X alguna otra vez? Indudablemente, por el momento estaban todos los caminos bloqueados.
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A la sombra de sus alas
FanfictionAcababa de empezar el instituto, y mi vida hasta el momento no me había traído más que desgracias, pero justo cuando creía que nada podía mejorar conocí a X, una persona que me hizo ver la luz y ayudarme a seguir adelante. Gracias a X viví cosas que...