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Poco a poco mis ojos se fueron abriendo, con un terrible dolor de cabeza y en la zona del estómago.

Giré la cabeza y vi paredes blancas rodeando mi cama, que por alguna razón también era blanca, y todo eso me llevó a una conclusión, estaba en el hospital.

—Harry, qué bueno que despiertas. —Dijo el Doctor Stoyanov que estaba sentado en un sofá al lado de mi cama con unas hojas las cuales estaba llenado. —¿Cómo te sientes?

—Como una misma mierda, ¿es normal? —Dije de mala gana y luego me retracté. —Perdón, es que esto me pone eufórico.

—Entiendo. —Dijo y regresó a sus apuntes.

—¿Qué me pasó? —Pregunté tratando de conseguir una mejor posición.

El Doctor dio un suspiro. —Bueno Harry, sólo me queda decirte que tu cáncer cada vez avanza más rápido, y ya no estoy seguro de cuanto tiempo te queda.

—Entiendo. —Dije. —¿Y qué día es hoy?

—Diciembre 5. —Dijo viendo la fecha en su reloj que tenía muy buena pinta.

—¿Cree que esté vivo tres días más? —Pregunté temiendo por la respuesta.

—¿Hasta el 8? No lo sé... ¿algo especial?

—Soy la pareja de promoción de mi novio, es su último año en la secundaria, llevamos planeando esto hace mucho.

—Harry, quisiera decirte que sí, pero en verdad, yo no lo sé. —Dijo y se levantó. —Te dejaré un rato a solas, le avisaré a tu madre que despertaste. —Dijo el Doctor y salió, cerrando la puerta.

Miles de lágrimas atacaron mis ojos, yo quería hacer todo lo que Louis también quería, ir a su promoción, casarme con él, tener hijos, viajar por el mundo y miles de cosas más ¿pero como lo iba hacer desde un hoyo en la tierra?

—¡Amor! —Gritó mi madre entrando por la puerta. —¡Harry! Qué bueno que te despertaste, no sé que hubiera hecho si no... te amo tanto hijo, no quisiera que esto esté sucediéndote.

—Ni yo, mamá... Le fallaré a muchas personas por esta enfermedad de mierda. —Dije y miré al techo.

—Pero no es tu culpa, bebé. Es la culpa del cáncer, y eso no se puede detener.

Asentí, ella tenía razón. —Mamá, ¿tienes mi celular?

—Sí hijo, cuando te pusieron la bata, me dieron todas tus pertenencias, y allí estaba tu móvil, aquí esta. —Dijo extendiendo la mano cuando sacó el móvil de su cartera.

—Gracias, mamá. Eres la mejor del mundo.

—Y tú lo eres igual, el mejor hijo del mundo.

—No me quiero morir mamá...

Ella sólo suspiró. —Yo tampoco lo quisiera, Harry... esto es tan duro para todos. —Dijo mientras me abrazaba y lloraba al mismo tiempo.

—Llorar es para la gente valiente mamá, esta bien que lo hagas. —Dije y ambos terminamos llorando.

—Iré a hablar con el Doctor sobre ti, le diré su puedes regresar a casa o cuántos días más... te puede diagnosticar. —Dijo ella sorbiendo la nariz.

—Esta bien mamá, ve. Yo me siento muy bien. —Dije y ella se fue con una sonrisa.

En conclusión, me quedaba menos de una semana de vida, y en unos meses, Louis no sentiría ni un cosquilleo al escuchar el nombre "Harry", o eso creía yo.

Días restantes antes de la fiesta de promoción de Louis: 3.

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