WhatsApp

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Narra Louis

Viernes, 3:10 p.m.

Cambié lo que llevaba puesto para ir de inmediato por Harry, eran las 3 a.m. y obviamente, vestía un pijama. Jamás había conocido a alguien que se emborrache por un pez.

Harry era especial.

Tomé las llaves de mi auto y rápidamente salí de mi casa con fin de llegar al parque central y encontrar a Harry, no haciendo cualquier idiotez.

Desde mi casa al parque central pudieron haber sido unos 10 minutos, por suerte no había tráfico debido a la hora.

Cuando llegué al "Bar Liquor" estacioné el auto y me adentré.

Lo siguiente que vi fue sorprendente, estaba Harry con la camisa abierta y la corbata en las manos hacia algún tipo de baile erótico para el público que lo veía.

Nota personal: nunca salir con Harry ebrio.

Tenía dos opciones, sentarme a disfrutar del show que estaba dando Harry o llevármelo conmigo de una vez antes de que este provoque algo.

Así mi mente grite por la primera opción, algo dentro mío decía que lo mejor era la segunda, y así fue.

Me acerqué a Harry y lo llamé. —Harry, ven conmigo, debemos irnos de aquí.

—Lou, amigo. ¿No quieres subir a bailar conmigo? —Estaba en un completo estado de ebriedad.

El público comenzó a gritar porque haga lo mismo que hacia Harry, ahí fue cuando me di cuenta que Harry había ido a un Bar gay.

—Harry, esto no es gracioso. Vámonos. —Advertí, en verdad no me causaba gracia alguna.

Harry rió fuertemente. —Chicos, yo amaba a este chico. —Dijo señalándome. —¿Y el que hizo? ¡Me ignoró por completo!

Todo el público me miraba y gritaba, pronto me matarían.

—Ven, sube conmigo. —Harry trataba de pronunciar bien las palabras.

—No quiero. —Resistí firme.

—Vamos Lou, no seas aburrido.

—No.

No sé en qué momento, terminé sobre la mesa, con Harry.

—Lou, la verdad es que me sigues gustando mucho. Eres una gran persona y siempre te he admirado. —Dijo aún inconsciente por la ebriedad.

Harry estaba tocando mi corazón y pronto lloraría.

—Harry, lo siento por ser tan mierda contigo. Y esto lo digo enserio. —No podía estar hablando más enserio.

De pronto se escucho al público. "Aaaaw, ¡beso, beso, beso!"

—Sí, Lou. Dame un beso. Aquí. —Dijo y señaló su boca haciendo una de esas caras a las que no se les puede decir que no.

"Beso, beso, beso" se seguía escuchando entre la gente.

Algo dentro de mi hizo que mi boca quede unida a la de Harry, terminando con el espacio entre nosotros.

No fue un beso consciente, pero lo fue.

Todo el público comenzó a gritar y me ayudaron a mi y a Harry a bajar de la mesa, ¡qué noche!

Debía llevar a Harry a su casa.

¿Malo? No sabía donde vivía.

¿Muy malo? No es buena idea preguntarle a alguien en estado de ebriedad algo personal.

Abrí la puerta del copiloto y senté a Harry, luego abrí la del conductor y me senté yo.

Ahora ¿a dónde llevaría a Harry?

—Harry, ¿a dónde quieres ir?

Volteé a ver a Harry, se había quedado dormido en cuestión de segundos.

La decisión era mía, y llevaría a Harry a mi casa hasta que este consciente.

(...)

—Pero no quiero dormir Lou, es tempranoooo. —Reprochó Harry alargando la "o"

Y es que sí lo era, eran casi 4:50 a.m. Pronto amanecería.

—Harry, ¡debes descansar! —Este niño me sacaba de onda.

Harry sólo se dio la vuelta y cogió su teléfono, que felizmente no había perdido durante su show.

El mío comenzó a sonar, Harry me estaba hablando por WhatsApp.

Quedamos en que dormiría aquí, en mi cuarto y yo en el mueble de la sala, la verdad no podía dormir con Harry, no era lo adecuado.

Dejé a Harry con una sábana sobre él y bajé, al parecer se había quedado dormido.

Acomodé el mueble y me recosté en él. Pensaba todo lo que había pasado hace unos instantes, las palabras de Harry... la gente gritando, nuestro beso.

¿No les ocurría que ahogaban una sonrisa en la almohada? Yo lo hacía en ese momento.

Ya estaba casi dormido en cuanto mi móvil volvió a sonar, otra vez Harry. Quería que le haga un masaje, tal vez eso le hacía su madre para que pudiese dormir o algo, la verdad no soy psicólogo para entenderlo, pero si lo quería, lo haría.

Quejándome por la situación, me levanté del mueble y subí.

—¿Qué pasa Harry? —Pregunté exhausto, era poco más de las 5:00 a.m.

—Quiero un masaje. No puedo dormir. —Dijo e hizo un puchero.

Harry ebrio no era tan malo.

Me senté al borde de la cama y empecé a masajear su espalda.

A los 5 minutos, Harry se quedó dormido...

Y yo también.

(...)

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