En noches de luna llena

El pozo hacia el pasado

Hoy se cumplen 4 años desde que el sello del pozo se cerró. Por más veces que lo ha intentado, Kagome no ha logrado volver al periodo Sengoku. Con cada día que pasa, se hace más a la idea que el destino no quiere que vuelva al pasado y que es hora de que permanezca en su época.

Con la cuenta perdida ya ha decido dejar de intentar atravesar el pozo, además hoy es un gran día, su primer día cómo universitaria.
Con las 7am marcando en el reloj, Kagome se ha despertado una hora antes y no logra conciliar el sueño para así dormir de nuevo, así que decide levantarse y prepararse.
Al levantarse y mirar por la ventana de su habitación, se desvela un hermoso amanecer. Los primeros rayos del sol tocan el árbol sagrado, aquel en donde se dio el primer encuentro con Inuyasha. Algo es diferente esa mañana y ella lo siente, su instinto y su corazón se lo dicen.
Ansiosa, se arregla lo más rápido que puede y decide salir. Para sorpresa de ella toda su familia ya se encuentra levantada.
-Buenos días mamá, sota, abuelo!-
-Buenos días Kagome, qué sorpresa! ¿Qué haces despierta tan temprano? Aun queda una hora, pensaba ir a despertarte cuando fuera en momento.- dice su madre al verla aparecer por la puerta de la cocina.
-No podía seguir durmiendo, además siento que hoy será un gran día.

Kagome, se sienta en la mesa y toma desayuno con todos. Desde que volvió a su época, Kagome a tenido mucho tiempo para pasar con su familia, y ahora se da cuenta que los momentos que pasan juntos es su más preciado tesoro.
Al terminar de desayunar decide salir y tomar los primeros rayos de luz. -Se siente muy cálido, es una sensación muy agradable.- dice al sentir la calidez del sol con los ojos cerrados.
Al abrirlos se encuentra de cara con el árbol sagrado.
Pasó a paso fue acercándose al majestuoso árbol, de imponente presencia, hasta quedar a solo un metro de el. Como en un estado de transe, Kagome se acerca para tocarlo y cuando casi puede sentir la corteza con la yema de sus dedos, un fuerte viento se levanta, agitando cada rama y hoja.
-Algo está pasando.- Kagome no lograba entender que era lo que ocurría. De un momento a otro sentía que aquel viento no era algo normal, y sin pensarlo dos veces fue corriendo hacia donde se encontraba el pozo.
Temerosa no estaba totalmente segura de sí abrir o no la puerta, tenía miedo de que nuevamente su corazón la estuviera traicionando y el portal siguiera sellado. Tras pensarlo unos minutos, se armó de valor y entro. Esta vez nada la podía engañar, el pozo desprendía luz, una hermosa luz de colores violetas y azules, y efectivamente el fuerte viento provenía de ahí, el sello del pozo se había roto. Por fin podría volver a la época feudal.

Rápidamente corrió hacia su casa, subio las escaleras a su cuarto y con mochila al hombro bajo emocionada a contarle a su familia, mientras cargaba la mochila con todo lo que pensaba sería necesario.
-No puedo creer que el sello se haya roto.-
-Yo tampoco abuelo, pero no quiero perder ningún minuto más.- Kagome sabía muy bien que el portal estaría abierto por muy poco tiempo, lo presentía.

Se despidió de toda su familia, con la gran duda de si los volvería a ver. Con el corazón en la mano y con lágrimas en los ojos recibió un último beso de su madre en la frente. -Suerte Kagome y recuerda que donde quiera que estés, siempre estaré contigo, aquí.- dijo su madre señalándole su corazón. -Te amo mamá.- y con un abrazo sé despidieron.

-"Es hora de volver".- pensó Kagome. Con decisión se lanzó al pozo, y rompiendo con las barreras del tiempo y el espacio, volvió al pasado, al periodo Sengoku.