El brillo de una flecha

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La adrenalina se había apoderado de su cuerpo, Kagome tenia la sensación de que nunca antes había corrido a tan alta velocidad. Después de semejante maratón el cansancio anterior obviamente era mayor, dando su último esfuerzo y gota de energía vio cómo se acercaba a su objetivo. No le tomaron ni 5 minutos llegar al pozo devorador de huesos y cuando se disponía a saltar al interior de este se topo con la amarga sorpresa, el sello de este se había cerrado.

El pozo se encontraba en un claro del bosque por lo que ahora se encontraba desprotegida, sin arboles para impedir el paso y retrasar a los demonios que la perseguían. Se encontraba atrapada entre el pozo a sus espaldas y la masa de demonios que se aproximaban velozmente hacia ella. El final era inminente, era imposible que ella sola ante mas de 100 demonios lograra triunfar. -"Por lo menos logre que se alejaran de la aldea, todos están a salvo... Nada ha sido en vano".- pensó Kagome al cerrar los ojos esperando lo peor, pero el impacto no se efectuó. Insegura abrió los ojos y no podía dar crédito a lo que veía, una gran cantidad de demonios hechos pedazos volaban por lo aires, y lo que le parecía mas increíble era ver que quien la había salvado se trataba de Sesshomaru.

Kagome observaba desconcertada el como Sesshomaru, un Yōukai que odia abiertamente a los humanos, enfrentaba a todos los demonios que venían a darle muerte a ella. -Levántate mujer, ahí en el piso sólo serás un estorbó. Pelea!- dijo Sesshomaru al mirarla seriamente. Ante esto Kagome automáticamente pudo sentir como recuperaba sus fuerzas. Se puso de pie y empezó a lanzar nuevamente sus flechas a todos los demonios, con la ayuda de Sesshomaru el enfrentamiento era mucho mas parejo.

Ya en la aldea Rin le daba la buena noticia a la anciana Kaede y a Sango, el señor Sesshomaru había aceptado ayudar a la señorita Kagome y juntos estaban enfrentando en lo profundo del bosque a los monstruos y demonios. Los aldeanos estaban sorprendidos de saber que un Yōukai los había salvado y ahora asistía a la joven Kagome en la batalla. La emoción de Rin al relatar todo lo sucedido era evidente, así impulsada por una gran curiosidad hizo caso omiso de la orden de Sesshomaru de quedarse en la aldea, ella quería observar el combate. - "Si permanezco escondida nadie notara que estoy allí".- y con esto en mente se puso en marcha, el pozo no se encontraba muy lejos.

Ya en el lugar vio como ambos, el señor Sesshomaru y la señorita Kagome se cuidaban las espaldas mutuamente, era la primera vez que Rin veía pelear a Sesshomaru codo a codo con un humano de aliado. En el rostro de Sesshomaru no se veía desagrado alguno de combatir al lado de Kagome, incluso se le notaba confiado. El hecho de no tener que estar al total pendiente de quien lo podía atacar por la retaguardia hacia el combate mucho mas fácil y rápido. Para Kagome la compañía de Sesshomaru era la ideal, rápido y poderoso, esta batalla la tenían ya dominada, pero ella no contaba con la presencia de Rin, que sin siquiera darse cuenta, ante la emoción de observar la batalla y olvidándose completamente de su idea de permanecer encubierta se dejo ver por los demonios, estos no lo pensaron dos veces y atacaron a Rin. Cuando Kagome y Sesshomaru se dieron cuenta de la situación ya era demasiado tarde, Rin estaba seriamente lastimada, pero seguía con vida.

Sesshomaru con un solo ataque extermino a los demonios que atacaban a Rin, mientras Kagome corría alarmada al lado de la pequeña niña. -Le ordene que permaneciera en la aldea, tonta niña.- dijo Sesshomaru al llegar a donde se encontraba Rin. Kagome se volteó a mirarlo con ira, su comentario había estado de sobra en esa situación, pero sabía que era cierto y que era la forma de Sesshomaru de expresar preocupación por la pequeña Rin que ahora se encontraba herida e inconsciente en sus brazos.

- Sesshomaru, Rin está muy lastimada, si sus heridas no son tratadas no logrará sobrevivir.- dicho esto Kagome pudo notar cierta perturbación en la apacible mirada de el yōukai, estaba preocupado y era evidente que para él, Rin no era cualquier niña humana. -Entonces llévala a la aldea, yo terminaré esta batalla.- dijo Sesshomaru dispuesto a atacar a los demonios, pero sintió que algo lo había tomado del brazo, reteniéndolo. - No Sesshomaru, yo me quedaré y tú la llevarás a la aldea.- dicho esto Kagome depósito a Rin en los brazos del yōukai. -Pero que dices mujer, tú morirás si peleas sola.- dijo Sesshomaru tratando de detenerla. - Estos demonios me siguen a mi, si me dirijo a la aldea, ellos la destituirán y con ello la única oportunidad de sobrevivir de Rin, la anciana Kaede... Ya vete Sesshomaru, si quieres salvar a esa niña debes darte prisa.- Kagome empuñó su arco y empezó atacar, no permitiría que esa pequeña niña muriera por su culpa, esta era su pelea y no quería involucrar a nadie más.

En noches de luna llenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora