Con los ojos hinchados y rojos de tanto llorar, Kagome se encontraba ante el pozo devorador de huesos. Sabia muy bien que el portal estaba sellado, pero aun guardaba una pequeña esperanza de que este se abriera. Con eso en mente Kagome ingreso al pozo y se sentó en uno de los rincones, abrazándose para brindarse calor, pues la noche era fría a esas horas de la noche.
Pasó el tiempo, 3 horas pérdida en sus más tristes pensamientos, con la mente en lo más lejano, el arrepentimiento de haber vuelto la inundaba. Se observaba las uñas llenas de barro tras el intento desesperado de cavar en la tierra. Deseaba en esos momentos estar entre los brazos de su madre y que está la consolara. Al saber que esto no sería posible la pena volvía a fluir.
La escena que había presenciado Kagome no había tenido un solo espectador. Sesshomaru también había observado el vergonzoso y cruel espectáculo. Este había decido guardar silencio y esperar a lo que seguiría, quizás Kagome haría acto de presencia, pero no fue así, y al ver que está se marchaba entre lágrimas decidió intervenir contra todo pronóstico, algo que ni él mismo hubiera esperado hacer hace unas horas atrás, pero la rabia surgida de un sentimiento que el desconocía para ese entonces era más fuerte.
-Veo que ahora eres incapaz de sentir la presencia de Kagome, Inuyasha.- Inuyasha sorprendido volteo para encontrarse con el rostro iracundo de su hermano. - ¿De qué estás hablando Sesshomaru, qué haces aquí?- preguntó furioso Inuyasha con Kikyo aún entre sus brazos. La mirada de satisfacción que antes envolvía al rostro de esta se había desvanecido, sabía muy bien que su plan sería arruinado. - ¿Qué de qué estoy hablando? Esa mujer a la que decías amar tanto hace 4 años se acaba de marchar, supongo que la escena que acaban de dar ustedes dos le habrá causado una gran impresión. Puedo ver por tu cara de sorpresa, que no te habías dado cuenta. Pero pregúntale a esa sacerdotisa, ella sabía muy bien que Kagome se encontraba observando .- Dicho esto este se volvió y se internó en el bosque, decidió que se había entrometido mucho por el día de hoy. Los humanos ya lo tenían asqueado.
Bueno ese era su plan, pero unas 3 horas más tarde tras lo ocurrido con su hermano, Sesshomaru se encontraba frente al pozo, a sabiendas de que Kagome se encontraba en su interior. El la había seguido hasta ahí rastreando su aroma, dulce cual cerezo en flor. Más que extrañarle ver que Kagome se encontrará aún ahí esperanzada de que el pozo se abriera, le parecía sospechoso que Inuyasha aún no la hubiera encontrado. Que tan estupido podría ser, de no haberse imaginado de que ella se podía encontrar en aquel lugar. Sesshomaru sabía muy bien que Inuyasha aún la buscaba por el bosque, lo podía escuchar gritar cada vez más cerca del pozo. Sesshomaru pensó y le bastaron unos segundos para llegar a la correcta respuesta del porque aún Inuyasha no la encontraba, algo en el nuevo poder despertado al interior de Kagome le impedía a su hermano poder percibirla, captar su aroma, pero extrañamente a él, un completo yōukai si le era posible sentirla a grandes distancias.
Librándose de aquellos pensamientos bajo el pozo, para encontrarse con una Kagome ensimismada en la tristeza. Esta no respondía a sus llamados, tenía la mirada perdida. Nunca la había visto tan vulnerable y eso lo abrumaba en lo más profundo. Viendo el estado en el que se encontraba, Sesshomaru la tomo en sus brazos y se encaminó hacia donde se encontraba Jaken, Kagome debía ser tratada, la fiebre había vuelto y no pensaba dejarla en un lugar donde Inuyasha pudiera encontrarla fácilmente, como lo era la aldea.Con su increíble velocidad le bastaron solo unos minutos llegar a su destino, la sorpresa de Jaken era evidente. - ¿Qué hace el joven amo con esa humana en sus brazos? ¿No dijo que ya estaba cansado de ellos?- Basto una simple mirada para que Jaken dejara de preguntar he hiciera lo que se le ordenaba, curar a Kagome. La tarea que le habia sido encomendada al demonio no le habia sido tan facil realizarla como pensaba, tras estar expuesta al frio durante largo tiempo la temperatura de Kagome estaba por las nubes. Dos horas completas le llevaron a la Jaken para bajarla y que la joven humana estuviera en una condicion estable, en un sueño muy profundo, que la llevo hasta el dia siguiente por la mañana.

ESTÁS LEYENDO
En noches de luna llena
Fiksi PenggemarEl tiempo ha pasado, kagome ya no es la joven que hace 4 años atrás superó las barreras del tiempo y el espacio. Ahora con 19 años es una hermosa chica, madura y de noble corazón. Tras años de espera por fin el sello del pozo se ha roto y puede volv...