Estaba sentada en banco cualquiera. Sola, más aún que la una, sin nadie que pudiera interrumpir mis pensamientos.
A mi me gustaba estar sola en aquel momento. Creo que en aquel banco estaba tallado mi nombre porque a partir de ese día me sentaba sola en él. No había nadie que se acercara a él mientras estaba yo sentada y eso me hacía sentirme muy sola. Pero te acercaste tu, si tu, él que espero que este leyendo esto. Me salvaste de la soledad, de mis fríos pensamientos.
Aún me acuerdo que el primer día que te sentaste por dentro quería empujarte del banco para que te fueras. Pero por fuera giré la cabeza para mirarte eras un chico cualquiera para mi, eras como todos. Al paso del tiempo yo ni siquiera te hablaba pero tu te seguías sentando conmigo compartiendo el silencio incómodo que había en el aire.
Aún me acuerdo de tus primeras palabras para mi:"Te falta algo". Esas palabras me extrañaron no tenían ningún sentido. Y para aclararlo dijiste:"Te falta una sonrisa". Y tenía toda la razón nunca me había visto sonreír entonces le dije:"Y a ti...A ti te hace falta un lápiz". A día de hoy me siento muy avergonzada de aquellas palabras. Me levanté de ese banco al cual nunca volví yo no quería enamorarme pero aquel banco me dio mi todo o nada.
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Sombras en la oscuridad
Teen FictionEste libro expresa lo que nadie puede ver en mi. Por eso el título, las sombras en la oscuridad nadie las puede ver al igual que mis sentimientos.