— Bien... ya me voy — anunció la azabache — Ha-hasta luego. — dijo antes de desaparecer entre los edificios de la ciudad.
— Si... adiós...
Chat Noir se quedó unos minutos más de pie en aquel techo que había terminado. Debería irse y deshacer su transformación pero, antes, prefiere ver a su princesa, como solía decirle. Tomó impulso y saltó hacia el tejado de al lado, hasta llegar al balcón de Marinette.
El joven héroe, se asomó para ver si ella de encontraba allí. Una luz de color rojo hizo que cerrará los ojos por la intensidad de esta. Se tallo los ojos antes de abrirlos de nuevo.
— Has hecho un buen trabajo, Marinette.
— Gracias, Tikki.
El rubio levantó una ceja.
— ¿Tikki...? — susurró confundido. Se adentro más en la habitación para ver de que se trataba. Escuchó unas risitas y pudo ver a la ojiazul junto a una pequeña criatura de color rojo.
— Eres la mejor LadyBug que ha existido — comentó contenta la criatura, antes de posarse sobre la cabeza de la joven.
Chat Noir estaba sorprendido. LadyBug y Marinette Dupain... eran la misma persona...
— ¿Cómo no me di cuenta antes? — exclamó.
Aquel grito alertó a la azabache y a su Kwami, quienes fueron a ver de quien se trataba. El chico se dio cuenta y, después de pegarse una cachetada mental, huyó de aquél hogar hacia el suyo.
La joven salió hacía el balcón que se encontraba vacío, sin nada ni nadie. Se encogió de hombros y volvió adentro. Tal vez escucho mal.
...
Marinette observó la hora de su computador.
— Ya son las diez... — susurró emocionada.
Esa noche, como las anteriores, la pequeña parejita de Chat Noir y Marinette Dupain, se vería en la casa de la joven para pasar un rato a solas. Esta "cita" solía ser a las 22:00 de la hora del reloj. El pequeño gatito llegaba a su balcón, se saludaban con un beso en la mejilla y charlaban de puras tonterías. Sólo deseaban tener la compañía del otro.
Unos minutos más tarde, el chico llegó. Sin que ella se diera cuenta y con mucho sigilo, entro a la habitación y allí la vio. Estaba de espaldas... pero no se encontraba con ropa, precisamente.
La azabache había bajado antes a la cocina por un vaso de agua, mientras lo esperaba. No contó con que el grifo se había roto y, este, le mancho toda su camisa y parte de su pantalón. Le pidió disculpas a su madre por no haberlo sabido y corrió a secarse y cambiarse antes de que llegará Chat.
Ahora, se encontraba desnuda secándose las partes de su cuerpo que se habían mojado. Ya luego se pondría su sostén, braguitas y, finalmente, ropa limpia.
El rubio abrió los ojos como platos y se ruborizó. Estaba observando parte del cuerpo desnudo de su compañera heroína y de la chica que lo vuelve loco y no lo deja pensar con claridad. Se pellizcó y, antes de emitir un chillido de dolor, se mordió la lengua, así no lo escuchara.
— Marinette ya ten... ¡Ah! — gritó Tikki.
— ¿Qué? ¿Qué ocurre? — preguntó la ojiazul alterada, dándose vuelta.
— Alguien te estaba viendo... ¡mientras estabas desnuda! — aclaró la Kwami sin decir el nombre de la persona que ya conocía.
— ¡¿Qué?! — comentó Marinette sin creerlo mientras se tapaba con la toalla. — ¿Quién era? — cuestionó, rogando que no sea él quien la vio.
— No lo sé. — contestó Tikki sin más.
La chica suspiró y no le dio más importancia. Prefirió vestirse rápido antes de que llegará su chico y la atrapara así. Ya debía de estar por llegar.
ESTÁS LEYENDO
Ella - Miraculous LadyBug, MariChat
FanfictionChat Noir empieza a sentir el amor, más fuerte que nunca, pero... hacia otra persona, podría decirse.