Capítulo 6

61.2K 3.6K 2K
                                    

Aviso rápido.

Niñas, vengo a dejarles un comunicado rápido antes de que empiecen a leer:

El que Chat Noir se muestre posesivo y casi psicópata en este y tal vez algún que otro FanFic, NO ES una muestra de amor verdadero. Es horrible en realidad, y les pido que no caigan en esto casi como lo hago yo hace algunos años.

Puede ser lindo y todo en los FanFics pero no se lo crean en la vida real y no busquen ni traten de tener una relación con una persona así. No, no.

Una persona que te ama, no te estará controlando a cada rato porque ESA PERSONA CONFÍA EN TI.
_______________________________________

— Morirás por tocarla a MI Princesa.

Y ahí fue cuando empezó a sentir su corazón latir fuertemente. Su piel se puso pálida cuando lo vio abalanzarse sobre el otro chico y pasar su mano cerca de la cara de este.

El pelirrojo forcejeaba contra Chat Noir. Sin embargo, su fuerza no era la suficiente para vencer la suya. Lágrimas caían de los ojos de Marinette. Si no lo detenía... iba a matarlo...

— Chat, ¡ya déjalo! — gritó exaltada tomándolo del brazo.

Ciudadanos asustados, sorprendidos y preocupados empezaban a formar un círculo alrededor de los tres jóvenes. Todos murmuraban algo sobre el raro  comportamiento de uno de los grandes héroes de Paris. Todos esperaban la aparición de la asombrosa LadyBug para que detuviera aquel horrible pleito entre Chat Noir y un simple joven de preparatoria.

A la joven azabache no le importaba lo que estuvieran pensando y diciendo el público que no hacia nada más que criticar. Nadie ofrecía su ayuda.

— ¡Con un demonio, Chat! — gritó sin más no poder — ¡Déjalo, estúpido Gato!

El rubio seguía sobre él. Tratando de mantenerlo quieto para poder hacerle daño. Estaba poseído por los celos. Marinette era suya y de nadie más. Nadie podía tocarla ni mucho menos besarla. Y si, se dió cuenta de sus sentimientos. Se dió cuenta de que la quería... ¡No! Que la amaba... Y estaba furioso porque ella no de resistió al beso. Pero de eso hablaría más tarde, ahora sólo pensaba en hacerlo pagar a Nathanaël por su atrevimiento.

Cuando lo mantuvo lo suficientemente quieto, acercó su mano al rostro de su oponente.

Río con maldad y una sonrisa del mismo tipo apareció en su rostro.

— Muere, Idiota.

— ¡No! — gritó Marinette atravesándose entre ellos por un estrecho espacio. — ¡No dejaré que le hagas daño! — dijo abrazándolo a su amigo que se encontraba asustado.

El otro chico abrió los ojos, sorprendido por la actitud de la joven.

— Marinette, muévete. — ordenó brusco.

— No... — susurró con miedo.

— Dije que te muevas. — recalcó. — Tengo que aclararle a él que tú eres mía. Muévete.

— Chat... hay otras maneras de aclararlo. Pero... — tragó en seco —  si quieres matarlo a él... mátame a mi también... — le dijo mirándolo a los ojos.

Chat Noir desactivo su poder y se enderezó. Tomó una gran bocanada de aire y apretó sus puños. Diablos, seguía celoso y molesto. Pero por lo menos tenía la cordura suficiente para no volver a dejarse poseer por la locura y... matar a su amada.

La vio todavía abrazada a Nathanaël mientras le decía que se tranquilizara y que lamentaba lo ocurrido. El público seguía allí, viendo como terminaría todo ese pleito. La prensa que empezaba a llegar, molestaba demasiado a los tres jóvenes, más al ojiverde. Éste tomó a Marinette por la cintura y la separó del pelirrojo. Sin decirle nada, se la llevó a la fuerza hacia el hogar de la chica.

Ahora, unos minutos después de relajarse un poco, una discusión se armó entre ellos. La joven seguía igual de angustiada y el chico... empezó a sentirse más culpable que nunca después de las últimas palabras de Marinette.

— No... ¿N-No te diste cuenta de lo hacías...?  — preguntó acercándose a él, quién seguía sin mirarla y de brazos cruzados. — Chat Noir... mírame... — agarró su mentón suavemente.

El ojiverde cedió y la miró algo apenado. Colocó sus brazos al rededor de la cintura de la joven. Ella ahueco su rostro con sus manos y le dió leves caricias, en las mejillas, con sus pulgares.

— ¿Por qué lo hiciste? — cuestionó más calmada, mientras el secaba algunas lágrimas que quedan por su rostro.

— Es que... — suspiró — no lo sé... — contestó sin más. — Me puse celoso cuando ví que se llevaban bien y... cuando el te beso... pues... creo que explote. — sonrió apenado. — Te quiero sólo para mí y, por lo tanto, no quiero que nadie te toqué con intención de alejarte de mí y...

Antes de pudiera terminar de explicar lo ocurrido, su amada lo besó. Los labios de la azabache se acoplaron bien a los suyos. Era el primer beso que se daban entre ellos de esa forma. Sin tener que salvar al mundo de por medio. Sólo... un beso que ambos necesitaban. El vaivén de sus labios era lento, sin apuros de ningún tipo.

Tikki, que se encontraba en el bolso de Marinette, se escondió en el armario de la habitación con una sonrisa por la valentía de la chica.

Se separaron luego de unos segundos. Sonriendo mientras se miraban a los ojos con amor.

— Me tendrás sólo para ti, siempre Chat Noir. Nunca dudes de ello. — sonrió. — Pero...

— ¿Pero? ¿Pero qué? — preguntó asustado.

Ella río por su reacción.

— Pero... ¿no crees que sería mejor que sea tuya, y que tu seas mío, de una manera oficial para que no haya más conflictos?

— O sea que quieres que... — la incitó a completar la frase, tratando de que no se le notara el hecho de que no entendía su propuesta.

Ella volvió a reír, posando sus brazos alrededor del cuello del joven.

— Gato tonto.

...

— Hola, Chat.

— Hola, mi Lady.

La joven encubierta se sonrojo.

“Mi Lady”

Hace un buen tiempo que no escuchaba que la llamara así y menos siendo LadyBug. Ahora todos los piropos, frases cursis y apodos iban para Marinette, no para ella como su compañera heroína.

— ¿Y eso? — pregunto feliz y confundida.— ¿Desde cuando vuelvo a ser tu Lady?

— Siempre lo has sido, Marinette. — hizo una sonrisa ladeada, mientras la miraba de reojo.

La chica sonrió feliz antes de razonar lo que había dicho. Entonces, la sonrisa de borró fugazmente de su rostro y los ojos se le abrieron como platos.

— ¿Ma-Marinette? — tartamudeo — Cre-Creo que ese nombre me suena... — fingió olvidarse de sí misma. Escuchó como el se reía mientras negaba con la cabeza — ¿D-De qué te ríes? — cuestionó inocente.

— Marinette, sé que eres LadyBug. — afirmó mirándola a los ojos. — Tienes una Kwami llamada Tikki, si no me equivocó — siguió — Además, no sé cómo no pude darme cuenta. Tus coletas te delatan, pero tu personalidad en ambos casos son muy diferentes... yo también... — suspiró. 

— ¿Tú también qué? — preguntó dejando de lado lo que ella era.

— Yo también soy diferente cuando no soy Chat Noir... — se sinceró.

— Y ahora que sabes que yo me llamó Marinette y que soy LadyBug — afirmó su descubrimiento. — ¿Puedo saber quién se esconde debajo de esa máscara, Chat Noir?

— Te lo mostraré más tarde, Princesa.

Ella - Miraculous LadyBug, MariChatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora