Capítulo 4

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Aviso rápido.

Niñas, vengo a dejarles un comunicado rápido antes de que empiecen a leer:

El que Chat Noir se muestre posesivo y casi psicópata en este y tal vez algún que otro FanFic, NO ES una muestra de amor verdadero. Es horrible en realidad, y les pido que no caigan en esto casi como lo hago yo hace algunos años.

Puede ser lindo y todo en los FanFics pero no se lo crean en la vida real y no busquen ni traten de tener una relación con una persona así. No, no.

Una persona que te ama, no te estará controlando a cada rato porque ESA PERSONA CONFÍA EN TI.
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"Respóndele después. Ahora estás sólo para mi."

Esas fueron las palabras de Chat Noir cuando se dio cuenta del mensaje. Marinette obedeció su orden y aparto su móvil.

Más tarde, le había llegado otro mensaje antes de la partida de su chico. Ella lo leyó mentalmente y se sorprendió. El rubio pudo notarlo y sentía cierta curiosidad sobre tal escrito que le habían mandado. Antes de preguntar, vio como ella escribía algo en señal de respuesta. Finalmente le preguntó de quién se trataba y lo que quería. La joven
le respondió con la verdad y sobre que había contestado. Chat Noir suspiró con frustración.

"Te estaré vigilando en esa cita. A él, más que a nada. Porque tu eres mía y no dejaré que él te ponga ni un dedo encima."

Esas fueron las últimas palabras del chico antes de marcharse.

Ahora, la ojiazul se encontraba nerviosa. Esas palabras las tendrá grabadas de por vida en su cabeza.

"Porque tu eres mía..."

— Yo soy... suya... — susurró.

¿Ella era suya? No podía creerse eso todavía. Pero... ¿a caso ya eran novios para reclamarla de tal manera? No, aun no lo eran. Pero a Marinette le daba lo mismo. Se sentía feliz de que él la reclamara y se mostrara posesivo con ella. La hacia sentirse especial y... amada.

Un pitido la distrajo de su querido Chat Noir. Tomó su teléfono y encontró un mensaje de Nathanaël en su buzón.

«Ya estoy llegando a tu casa para que nos vallamos. ¿Ya estas lista?»

...

— ¿De verdad espiarás a Marinette en su cita?

Adrien bufó molesto. Marinette y cita no deberían ir en la misma frase. A menos, de que la cita sea con el, claro. Pero esta cita, era un caso diferente.

— Plagg, no tengo de otra.

Él mismo sabía que eso estaba mal. Pero... ¿si aquel pelirrojo tenía otras intenciones? Oh no. No lo iba a permitir. Anoche ya aclaró que ella es suya y si tenía que hacerlo de nuevo, en frente de Nathanaël, lo volvería a hacer.

— ¡Claro que tienes otra opción! — comentó su Kwami — Puedes quedarte aquí conmigo, ¡mientras comemos queso! —dijo acercándole el queso que sostenía.

— Ahg, ¡Plagg! Aleja ese queso de mi. — dijo haciendo una mueca de asco. Plagg se encogió de hombros y se comió su aperitivo de un solo bocado.

El joven suspiró negando con la cabeza. Plagg nunca cambiará. Se acercó a su cama y se acostó mirando hacia el techo. El sonido de la notificación de WhatsApp llamó su atención. Era Marinette. Una sonrisa se le formo en los labios cuando lo supo.

«Nathanaël ya vino a buscarme. Ahora mismo nos estamos dirigiendo a la heladería.»

Anoche, antes de irse, le había dicho que le mandara un mensaje antes de irse con Nathanaël. Se sorprendió por el hecho de que la haya obedecido pero, al mismo tiempo, se sentía feliz de lo haya hecho.

...

«Gracias por informarmelo, Princesa. Te quiero.»

Ese fue el último mensaje que había en la conversación entre ella y Chat. No se atrevió a responderle ese "te quiero" Era el primero que le decía. Y eso la puso feliz. Muy feliz.

— Emm... Marinette, ¿comemos el helado aquí o en caminamos?

Tal vez estaba nublado pero un helado nunca vendría mal.

— Caminemos. —contestó — Vayamos hasta el parque.

— Como tu quieras. — contestó con una pequeña sonrisa.

La joven asintió y comenzaron a caminar. Mientras llegaban hacia su destino hablaron de distintas cosas: de las últimas tareas que habían dejado, de los próximos exámenes, de sus experiencias, de lo que quisieran conseguir...

— Olvidé decírtelo, — dijo tomando una cucharada de su helado.— amo tus dibujos.

— ¿E-en serio? — preguntó sorprendido.

— ¡Claro! — afirmó feliz. —
— Dibujas hermosisisimo. — sonrió.

— Muchas gracias. — agradeció algo ruborizado.

Luego de unos minutos hubo algunas risas entre ambos. Algo que no le gustó mucho a Chat Noir, que los vigilaba desde lejos. La azabache se olvidó por completo de que él estaba rondando por allí. Se la estaba pasando genial con Nathanaël. Era un chico de lo más amigable y muy divertido.

La pareja llegó al parque que tenían como destino. Se sentaron en uno de los bancos del lugar y siguieron charlando.

"Hasta ahora no hay ningún inconveniente", pensó el joven héroe que, de todas formas, no seguía muy satisfecho.

— En todo el rato que estuvimos caminado, no me has hecho probar tu helado. — comentó el chico con una sonrisa ladeada.

El rubio puso atención.

Marinette miro su cono. Ya no le quedaba mucho. Sólo alcanzaba para dos cucharadas más, aproximadamente.

— Tienes razón pero tú tampoco me hiciste probar el tuyo — contraatacó. — Además, no me queda mucho helado. — le mostró el interior de su cono de helado.

— Dame una sola cucharada, por favor. Me apetece probar... — dudó un poco — lo que sea que sea eso.

La ojiazul río arrugando la nariz.

— Esta bien. Pero si no te gusta, después no te quejes. — le advirtió jocosa.

— Lo prometo.

— Bien, aquí va.

El joven abrió su boca y recibió la cucharada de helado.

— Mmm... muy rico — lo saboreó — ¿Qué es?

— Mascarpone.

— Muy rico, muy rico. — dijo mirándola a los ojos — Sabes que te haría probar el mio si no me lo hubiera terminado antes. — contestó sincero.

— Lo sé. Pero la próxima vez tendrás que hacérmelo probar.

— Lo haré — le sonrió — Ahora, pásame el cono.

— ¿Para qué?

— Sólo hazlo, por favor — Ella le entrego el cono de helado. El tomó la cucharilla de su derecha antes de hablar — Bien, ahora, abre la boca.

Ella - Miraculous LadyBug, MariChatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora