20. Niños malcriados.

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El viaje demora mucho menos de lo que tenía en mente por lo que me compongo en el asiento y adopto mi más gélida expresión. Si ese tipo de expresión que te dice con una sola mirada "Oh vaya, esa chica es una perra".

El sujeto arrogante que va al volante da unas coordenadas y códigos l panel de seguridad del cuartel e inmediatamente comienzo a sentirme orgullosa de que el sistema de seguridad de mi verdadera mafia es mucho mejor.

-Llegamos, sujeto numero veinte en camino- Dice Max por un walkie talkie a lo que suelto una pequeña risa de burla desde el auto.

-¿Qué?- Dice molesto el chico arrogante.

-Que te importa- Digo bajando de la camioneta.

-Te juro que no la soporto- Escucho que murmulla a Max.

-Ya cálmate Lance, solo debemos llevarla arriba y deja de ser nuestro problema- Le responde Max.

-Si Lance, relájate un poco-Digo burlona entrando al ascensor con el rubio y el pelirrojo mientras que detrás de mí viene Max con un Lance molesto.

-Uhh, no lo creo, mejor ve en el otro, no cabemos todos aquí- Digo colocando una mano en el pecho de Lance deteniéndolo de subir al ascensor.

-¿Qué?- Dice estupefacto mirando a sus compañeros dentro.

-Nos vemos arriba- Digo cerrando la puerta en sus narices.

-Si cabíamos- Dice el rubio.

-Lo sé- Digo bajando mis lentes de sol de la cabeza a mis ojos.

Al poco tiempo un pitido suena indicándonos que estamos por llegar y automáticamente los tres sujetos del ascensor me rodean. Max adelante, el rubio a la derecha y el pelirrojo detrás de mí.

-Me siento como la primera dama- Digo burlona.

-No te hagas muchas ilusiones, es para que no te escapes- Dice Max al momento en que se abren las puertas.

-Así que supongo que esperamos a su amiguito- Digo al ver que no nos movemos del sitio pero nadie me responde a lo que bufo.

Las puertas se abren y sale un Lance irritado para colocarse a mi lado izquierdo haciendo que comencemos a caminar.

-Sujeto numero 20 listo para entrar- Dice Max y tras digitar un código en un panel escucho el sonido de al menos diez rifles de asalto y el sonido de las puertas abriéndose.

Lo primero que observo son a diez guardas con sus respectivos rifles tal y como lo predije. Lo segundo que veo es a un grupo de chicos aproximadamente de dos o quizá tres años mayores que yo, unos cuantos médicos de rutina y una chica.

Los rifles no dejan de apuntar hacia mí y no puedo evitar sentirme eufórica al darme cuenta del efecto que causa mi presencia y mi reputación. Avanzamos a paso rápido pero no lo suficiente como para no notar a la chica. Así que deteniéndome repentinamente para la sorpresa de todos, en especial para los guardas que no dudan en quitar el seguro de sus armas y el pelirrojo detrás de mí que balbucea perdón por muchas veces.

-Sabes Tamara, para ser honestas nunca me terminé de tragar toda tu historia de niña buena, ya sabes, los movimientos "torpes" eran calculados y la vez que subiste al ring de pelea intestaste mostrarte novata, sin embargo, el golpe que le diste a tu contrincante lleva práctica, no mucha debo admitir, pero la lleva. Para la próxima asegúrate de no ser tan obvia y claro está, prestar más atención a tu alrededor. Te hubiera asesinado de no ser por mi amiga.- Digo mirándola y ella se encoge detrás de una señora de bata blanca.

The Elite Group. |TEG #1| (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora