Final.

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Narra Paul.

-Mira Leah, entiendo tu preocupación pero no puedo hacer nada- Le explico a la amiga de Alexa, o bueno, a la amiga de Sasha.

-Tiene que haber algo que la ayude a despertar- Me dice mordiéndose el labio para no llorar.

-La caída fue casi mortal y eso sin tener en cuenta las dos heridas de bala que ya llevaba con ella al momento de caer. No me gusta ser el pesimista de la historia pero debes estar preparada por si en algún momento ese monitor se detiene- Le explico señalando la pantalla que registra la frecuencia cardiaca de Sasha.

-Maldita seas amiga, tenías que saber que esa caída no era la mejor opción- Dice Leah acercándose a la camilla mientras toma la mano de su amiga con suavidad.

-Puedes hablarle, dicen que a veces funciona- Le hablo desde el umbral de la puerta y salgo de la habitación para darle un poco de privacidad.

Miro el reloj en mi muñeca y me doy cuenta de que es la una de la mañana. Froto mis ojos bajo los lentes con cansancio.

Recuerdo que ya todos habíamos salido del recinto, todos menos Sasha. Yo me encontraba con el Jefe en la calle por la que se supondría saldría Sasha corriendo a nuestro encuentro, pero en el momento en que mi teléfono vibró y el nombre de su amiga Leah se deslizo por la pantalla supe que Sasha había hecho algo de lo que no tenía conocimiento. Contesté el teléfono y la voz histérica de su amiga se deslizó por el altavoz.

-¿¡Está con ustedes!?- Me gritó.

-Se suponía que debía salir con ustedes- Respondí mirando a el Jefe que maldecía a mi lado.

-¡Se suponía! ¡Pero no lo hizo! ¿¡Y sabes que hizo a cambio!? ¡Se encerró con el maldito de Roman! – Volvió a gritar.

-¿Intentaron volver a entrar?- Pregunté para luego caer en cuenta de mi error.

-¡No se puede! ¡Destrozaron los circuitos de cada una de las otras puertas y Sasha destrozó el nuestro desde adentro!- Respondió alterada.

-Carajo- Dijo el Jefe a mi lado en voz alta. –Tienen que volver allá dentro cuanto an...- El sonido de unas tejas quebrándose en la bodega al lado de nosotros nos alertó.

-¿¡Qué fue eso!?- Había reclamado la chica.

-Quiero al equipo Élite en camino. ¡Ahora!- Había ordenado el Jefe para luego salir en dirección a la bodega, yo lo seguí detrás.

Le dió un par de disparos a la cerradura y abriéndola de una patada habíamos corrido al interior del lugar en donde se levantaba una masa de polvo.

Me había quedado estupefacto al ver la escena frente a mis ojos. Sasha se encontraba postrada en una posición nada favorable para sus heridas. Tenía su hombro derecho dislocado con una herida de bala en el mismo, otro impacto de bala en su pierna izquierda y moretones por todo el cuerpo. Un hilillo de sangre se deslizaba por su boca luego de haber dejado de salir el torrente de sangre que manchó su alrededor.

Sacudí mi cabeza saliendo de mi ensoñación y me acerque rápidamente a su cuerpo. Palpé los bolsillos de mis pantalones con desesperación hasta que encontré el pequeño vidrio que siempre cargaba conmigo y lo puse bajo las fosas nasales de Sasha notando como se empañaba levemente, para nuestra suerte, aún respiraba.

Escuchamos los pasos a la distancia. Me alejé del cuerpo de mi amiga para darle espacio al Jefe, sabía que la quería como a una hija.

Me dirigí a la salida no sin antes ver como le apartaba unos cabellos de la frente y trataba de tomar su mano ensangrentada.

The Elite Group. |TEG #1| (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora