21. Lo lamento cariño pero me llamaste zorra.

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El chico me guía por un amplio corredor de piso de mármol y damos unos cuantos giros, aunque estoy segura que la mayoría de ellos eran realmente innecesarios así que supongo que era el deber de Lucas "confundirme".

Cuando damos el último giro se abre ante nosotros un inmenso comedor repleto de mesas para ocho personas en cada una. Resulta que no soy la única que sale a comer a deshoras.

-Espera, me acabas de decir que hoy no era tu día de comida, pero saliste a comer antes de eso. Explícate- Le digo reteniéndolo antes de entrar.

-No tenemos horarios fijos, son cambiantes, se supone que hoy me tocaba, o al menos hasta ayer lo hacía- Me responde encogiéndose de hombros y metiendo las manos en sus bolsillos.

-Así que, ustedes tan sólo están a la suerte- Digo sacando las gafas de sol de mi cabello y acomodándolas en el escote de mi blusa.

-No todos, solo los novatos como yo, dicen que es una forma de entrenarnos- Me dice apenado.

-Ridículo- Digo sacudiendo un poco la cabeza.

-Si bueno, como sea, es por aquí sígueme- Me dice comenzando a caminar.

Al momento de dar mi primer paso sobre el pulido piso al menos cien cabezas se giran en mi dirección buscando el repiqueteo de mis tacones. Lucas saluda a algunas personas que lo miran extrañado al ver a la asesina que le encomendaron, otros simplemente parecen querer meterse debajo de la mesa.

Lucas me guía a una pequeña fila de dos personas que para el momento en que llegó ya se disolvió. La empleada me mira con asombro y miedo, mucho miedo mientras me pasa una bandeja con lasaña, puré de papas, ensalada, jugo de mora y dos chocolates. Y le doy las gracias a la señora, para sorpresa de Lucas y la mujer.

Soy conducida a una mesa con otros tres asesinos en ella, cada uno con su respectivo cuidador o novato junto a ellos.

-Vaya, a que se debe este honor- Dice un chico y al girarme me doy cuenta que es el chico de cabello azul de la fiesta de unas semanas.

-¿De qué hablas Steven?- Digo tomando un tenedor y partiendo un trozo de lasaña.

-Ya sabes, a que se debe el honor de que la legendaria Atenea se siente con simples asesinos-Dice empujándome con el codo.

Steven es el único chico asesino que puedo tolerar y llamarlo al menos como un compañero.

-¿Sabes cuánto tiempo tarda desgarrar la garganta de alguien con un cuchillo de mesa?- Le digo mirándolo mientras mastico una cucharada de ensalada.

-O...Oye no hay por qué ponernos agresivos ¿No...No crees?- Me dice tartamudeando y tragando en seco.

-Sólo era una pregunta, no sé porque te pones así- Digo volviendo la vista a mi plato.

-Sí, claro, la última vez que me hiciste una pregunta terminaste rompiendo una mesa con mi cuerpo y luego me dejaste colgando de una ventana- Dice sarcástico.

-Estaba haciendo negocios- Digo mientras me llevo el vaso de jugo a los labios.

-Negocios mis nalgas- Dice volando los ojos.

-¿Negocias tus nalgas? Vaya, y yo que pensé que este mundo era rentable- Digo moviendo la cabeza en desaprobación.

-¿Siempre eres así?- Dice mirándome con una rara sonrisa en el rostro.

-¿Así como? ¿Borde? ¿Insoportable? ¿Sarcástica?- Pregunto.

-Si así, y con esa actitud de perra que manda a todos a comer mierda- Dice soltando una carcajada y yo sonrío de lado.

The Elite Group. |TEG #1| (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora