capítulo 32

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Abdul estaba contando los minutos, el estaba seguro de que ella iba a beber el veneno, en realidad la Boda no la haría Hoy, era solo una escusa para mantenerla ocupada.

Su intención no era asesinarla a ella, por lo menos todavía no, el solo quería asesinar a su hijo.

Luego de haber calculado una hora mentalmente, se dirigió a la habitación y con sumo cuidado abrió la puerta.
solo asomo su cabeza pero no encontró nada, todo estaba silencioso y sin rastro de ella. Un olor a flores recién cortadas invadían la habitación, era algo tan exquisito que te hipnotizaba

- Jenn - grito su nombre , solo para saber si estaba en la habitación

Pero no escucho respuesta, entro por completo a la habitación y se percato de que la jarra que le había dejado estaba completamente intacta, su oído se agudizó al escuchar un hermoso canto que provenía del baño.

Se escuchaba la hermosa voz de una mujer entonando una canción, Abdul sonrío al imaginársela completamente desnuda mientras el agua mojaba su tersa piel, la odiaba a muerte pero no podía negar de que aquella mujer era la cosa mas hermosas del planeta, no había nada que se le comparara, iba a ser una perdida horrenda cuando la matara.

Sin pensarlo dos veces entro al baño y ahí estaba ella, solo podía observar su tersa y torneada espalda, mientras la bañera cubría de la cadera para abajo.
Jenn giró su rostro y al ver a Abdul ahí parado le sonrío seductora, luego giro su cuerpo; sus lacios y largos cabellos cubrían perfectamente sus pechos mientras pequeños pétalos de rosas se pegaban en su piel.

-Pensé que no llegarías nunca-dijo en un susurro.

Abdul quería morir al sentir toda esa sensualidad que estaba explotando aquella chica, Jenn se sentó en el borde de la bañera y le hizo una seña a Abdul para que se acercara y como si estuviera completamente embrujado, se acercó lo suficiente como para que Jenn lo tomara del rostro y lo acercara lentamente hasta sus labios.
Lo besó con mucha sensualidad, pero de lo que Abdul no se percataba era de que ella no estaba siendo amable con el, de hecho, lo estaba asesinando poco a poco como solo ella lo podría hacer.
Esa seria su venganza contra el, lo embrujaría hasta tal punto de que no pueda valerse por si mismo, y dejarlo dependiendo solo de ella.

-espera- dijo el empujándola

-¿Que sucede? -le respondió ella en voz calida y acaricio su mejilla

-¿Por qué de la nada me tratas bien?- pregunto dudoso

-Me di cuenta de que no sería nadie sin ti

Jenn lo tomó seductoramente de la mano eh hizo que se metiera en la bañera con ella, el como si fuera un cuerpo sin voluntad propia le hizo caso estaba dejando aparecer uno de sus poderes mas fuertes...el de la tentación y el deseo, esas dos cosas eran la perdición para un ser Humano, era mas destructivo que una bomba atómica.

Abdul disfrutaba de Cada beso de ella, pero al pasar su mano por su vientre algo lo desconcertó...estaba plano, ¿cómo era eso posible?

-¿de verdad creíste que yo podría desearte?- alguien hablo a sus espaldas, y cuando abrió los ojos se dio cuenta de que se estaba besando con la nada, giró su rostro y justo al frente de la puerta estaba Jenn parada.
Sonreía con ironía al ver lo bajo que podía caer un hombre solo con un par de pechos, en realidad no era ella, solo estaba jugando con la mente de aquel hombre para desmotarle que era tan sumiso como un cachorro

-¿¡que me hiciste?!-dijo el hombre encendido en llamas

-yo no te eh hecho nada, todo lo que te pasa es por tu misma culpa

-que...que... fue eso que acabo de de ver...-dijo tartamudeando

-solo materialice una tonta fantasía que encontré entre tus recuerdos- carcajeo- sabes, después de todo si tenias razón, soy una maldita hechicera

Baile al pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora