8.

91 9 0
                                    

Aaron tomó el celular, era tarde, casi las 3 am, y marcó el número que ya se sabia de memoria.

1...
2...
3...

Tres timbrazos bastaron para que una voz contestara al otro lado de la línea:– ¿Hola? – la voz de Marie sonaba ronca y somnolienta.

– Hola Marie – Aaron hablo. Su vi se oía derrotada.

Aaron – Marie sonaba sorprendida – ¿qué ocurre? –

– Nada, solo quería... Solo olvídalo – Aaron se callo al igual que Marie.

– No deberías hablarme, sabes que es peligroso... Adiós Aaron – y sin que Aaron pudiera responder, Marie colgó.

– Adiós amor – Aaron dejó su móvil sobre la mesita de noche que estaba a su lado. Se cubrió con las sabanas y después de unos segundos, se quedo dormido.

De día serás uno, de noche serás otro, pero al medio día no serás quien fuiste antes ni después, pero siempre serás uno.

Esas palabras resonaron en los odios de Aaron, la maldicion que caía sobre sus hombros, pero esa maldicion no caía precisamente sobre los hombros de Aaron, si no sobre los hombros de Madeline.

Cuando Clarise salió embarazada, ella había intentado abortar acudiendo a un viejo hechicero de magia negra. Pero él en lugar de ayudarla, lanzó una maldición sobre su hija.

– Ella no será mala, oh bueno, eso dependerá de cómo la críes, pero sí tendrá que aceptar quién es, cada día ella cambiara, para bien o para mal, eso dependerá de ti, pero ten cuidado con ella, porque será más fuerte que toda tu manada, será mucho más fuerte, tan fuerte como un ángel – esas fueron las palabras del hechicero, antes de que él le diera un trago de su sangre a Clarise, y ahora depende de Aaron, si Madeline será buena o mala, si será un ángel o un demonio.

The past in the present libro 3 de Slow DeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora