Capítulo 22: Necesitada

108 5 0
                                    

¡ME CAGO EN LA PUTA!

Rápidamente saco mi laptop e investigo cómo carajo debo hacerme una prueba de embarazo; aparecen muchas opciones en Yahoo respuestas pero de nada me sirven, la mas probable y discreta que puedo hacerme es la típica que venden en las farmacias, desgraciadamente, aquí dice que debo esperar dos semanas para saber si estoy bendecida o condenada.

-JODER...- susurro sin apartar la mirada de la pantalla mientras pienso en cuáles lugares del mundo podría huir y estar segura de que no me encontrarían; de repente escucho la voz de mi madre seguida por el sonido de la puerta de mi habitación cerrándose.

Coñísimo de la...

Lo que me faltaba... Mi madre.

-Liza, ¿por qué llamabas cariño?- me pregunta poniendo su bolso en mi mesa de noche.

-Porque te quería decir que me llevaría al par que está en el otro cuarto a almorzar- le respondo sin apartar los ojos del ordenador cerrando las cinco pestañas que tenia abiertas en Yahoo respuestas.

-¿Solo por eso?- me pregunta aliviada.

-Si, ¿por?- le pregunto arqueando las cejas.

-No, por nada, es solo que me asusté...-me responde titubeando un poco antes de seguir- Creí que había sucedido algo.

Aquí hay algo que no me creo... Ella nunca se pone o hace ver que está nerviosa... Ni siquiera cuando le dije que me habían robado el bolso de la escuela y mi monedero el año pasado en Venezuela... Ahora que lo pienso, que estúpido fue el tipo que me robó, ni se molestó en pedirme la clave y el tipo de cuenta de mi tarjeta de débito.

-Y si viste las llamadas, ¿por qué no llamaste de vuelta?- le pregunto ignorando mi patético recuerdo.

-Yo... Estaba ocupada cariño- me responde al mismo tiempo que sale de mi habitación.

Definitivamente le picó el mosquito del nerviosismo, ella nunca titubea si le hago una pregunta tan común como esa, o cualquier pregunta.

Bueno, no tengo tiempo para esto, simplemente debo pasar estas dos horribles semanas fingiendo demencia, que todo es color rosa y arcoíris que salen de mi maldito trasero.

Cuando ya llevo media hora tendida en mi cama torturándome al imaginarme mi pésimo sentido de maternidad, lo mala que debo ser cambiando pañales, llenándome más de una vez las manos de mierda, andando con un mocoso llorón, preparando teteros... ¡Ay por dios!

Me suicidaré, eso es, ¡BINGO...!

De repente suena mi teléfono y, al agarrarlo veo que es un mensaje de Alex:

"GUAPA, SUPONGO QUE ESTÁS OCUPADA PERO QUERÍA DECIRTE QUE TE EXTRAÑO."
ALEX.

Joder, ¿y si Alex me deja cuando se entere de la... Noticia? ¡¡¡¿Qué voy hacer con un mocoso que grite, llore y cague cada cinco minutos y para rematar, yo sola?!!!

Lo mas probable es que mi madre me deje en la calle, le diga a mis hermanas que soy un terrible ejemplo para ellas...

Le tecleo una respuesta rápida mientras comienzo a caminar hacia el baño por unas repentinas nauseas debido a los nervios.

"NO ESTABA OCUPADA, Y CRÉEME QUE YO TAMBIÉN TE EXTRAÑO... GUAPO"
LIZA.

Luego de responderle me veo en el espejo y noto que estoy pálida y mis ojos se tornan vidriosos ante el pensamiento de mi inmensa barriga, instintivamente me toco el vientre y unas lágrimas resbalan por mis mejillas, podría abortar...

¡NO! ¡ESO NI DE CHISTE PASARÁ!

Me quedo helada ante mis pensamientos, ¿y si me encariño del bebé? ¿Qué podría hacer para odiar al ser que probablemente esté creciendo dentro de mi? sinceramente no quiero ni puedo odiarlo, ni mucho menos sabiendo que ese pequeño probablemente podría ser tan parecido a su padre como a mi, no seria capaz de odiar a un frágil ser que no es culpable de nada, que no pidió pasar por esto, no puedo imaginar el trauma que tendría al saber que sus padres no lo quieren en este mundo, a ese pequeño... MI pequeño.

Mi Bad BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora