Capitulo 20: ¿puedo besarte?

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Me despierto y me cuesta unos segundos darme cuenta de donde estoy.

¡El cuarto de Alex!

Ahora lo recuerdo todo; la noche anterior, Sabrina y Brendan... Nosotros. Intento moverme pero no puedo, un peso en mi estómago no me lo permite, cuando veo en la dirección de ese peso me doy cuenta de que estoy completamente desnuda pero sólo un poco cubierta con las sábanas de la cama y que el extraño peso resulta ser el brazo de Alex abrazándome posesivamente mientras duerme.

Me tomo unos minutos para verlo dormir, tiene sus piernas enredadas con las mías, su brazo izquierdo está a la altura de mi estómago y el derecho está estirado hacia el otro lado de la cama.

Una fuerte punzada en la vejiga me reactiva y me doy cuenta de que necesito ir al baño así que agarro delicadamente la muñeca de Alex para quitármela de encina y poder levantarme.

De repente Alex se queja medio dormido y me abraza aún más fuerte, apretándome ligeramente la vejiga.

¡¡¡DIOS ME ORINO!!!

-Alex necesito ir al baño- le susurro metiendo la mano en su cabello.

-No, estoy muy cómodo aquí- me responde acomodándose y metiendo su cabeza en mi cuello.

-Es urgente- le digo con un leve tono de desesperación.

-Corre- me responde mientras levanta su brazo de mi estómago.

Yo me levanto y con paso seguro voy al baño que está del lado izquierdo de su habitación; siento su mirada en mi trasero hasta que cierro la puerta detrás de mi.

Me veo en el espejo y casi lloro al ver mi cabello, ¡Hoy está peor que nunca!, rápidamente orino y sin saber qué más hacer, tomo el único cepillo de dientes que hay e imagino es de él y me lavo los dientes; me peino el cabello y, cuando está presentable me dispongo a salir del baño.

Cuando entro en la habitación me doy cuenta de que Alex no se ve por ningún lado así que, me visto con la misma ropa de ayer y cuando estoy lista salgo del cuarto para buscarlo.

Bajo unas escaleras hasta el primer piso del departamento y todo sigue pareciéndome frío y hostil... Sin duda nunca consideraría un lugar así como mi hogar, demasiado varonil.

Lo encuentro en la cocina y me sorprendo al ver que en la barra hay dos platos de tostadas, tocino, queso de cabra, jamón y junto a los platos está una gran jarra de jugo de naranja.

Sin notar que estoy aquí, me doy mi tiempo para mirarlo detalladamente, se ha puesto unos pantalones holgados negros y va sin camisa y descalzo... Me fijo en lo firme y perfecta que es su espalda, no hay un detalle de el que no me permita enamorarme más a cada segundo.

De pronto se gira y nos vemos a los ojos, en ese instante recuerdo TODO LO QUE PASO la noche anterior y siento como mi cara se ruboriza.

Al ver mi incomodidad, sonríe de medio lado y se acerca a mi lentamente; cuando ya está a un centímetro de mi cuerpo, levanto la cara para verlo a los ojos y rápidamente me besa. Este beso es uno de mis favoritos, no hay prisa por parte de ninguno, sólo existe el roce de nuestras lenguas y el tacto de nuestras manos por el cuerpo del otro.

Cuando se separa de mi, le rodeo el cuello con los brazos y el hace lo mismo con mis caderas; en silencio posa su frente en la mía y respira profundo.

Desayunamos tranquilos y hablamos de cualquier cosa, me cuenta toda la historia entre Brendan y Sabrina, me sorprendo al saber que ellos tenían planeado vivir juntos antes de que Brendan lo cagara todo, por así decirlo.

-Ellos estaban muy enamorados- me dice Alex recogiendo su plato y llevándolo al fregadero.

Cuando voy a responder su teléfono en el sofá avisa que tiene una llamada, rápidamente va hasta el y contesta. Habla con la persona al otro lado de la línea y lo noto frustrado.

Mi Bad BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora