☾Mini-Maratón de Fin de año ♥ [3/3]☽
Despertar de un sueño siempre es doloroso. Durante unos instantes que se le hicieron eternos, Nina permaneció en el centro de la sala y de la atención de todos. Quería salir corriendo a esconderse, encerrarse en el baño y llorar como tantas veces había hecho, pero por alguna razón sus piernas no respondían a sus ordenes. Era como si los ojos de los presentes que se clavaban en ella le impidiesen el movimiento. Escuchaba burlas y risas por su parte, pero parecían lejanas. Por un momento pensó que iba a desmayarse en mitad de aquella multitud, o que iba a darle un ataque de ansiedad. No fue hasta que Ashley la empujó de los hombros cuando por fin reaccionó, pero tarde. Cayó sentada al suelo manchado de un extraño pringue verde que también se encontraba en su cabello y su vestido nuevo. Miró con miedo al techo, donde una gran cuba manchada de verde le confirmó lo que acababa de pasar hace tan solo unos segundos.
Apoyó las manos en el suelo para levantarse, pero cuando estuvo a punto de poner los dos pies firmes en el suelo, resbaló y volvió a caer, esta vez de frente, y las risas se multiplicaron. No se hizo daño por poco, pero lo que le importaba en ese momento era lo herido que había quedado el poco orgullo que aún conservaba, el poco que quedó tras aceptar esa invitación a sabiendas de que era imposible que hubiese sido invitada. Quizás sonaba tan bien que no quiso darse cuenta de la realidad, y esta le había dado una bofetada en la cara.
Cuando por fin logró ponerse de pie, se dirigió lentamente hacia la salida. Quiso correr de allí, gritar, llorar, pero no se lo permitió. No permitiría que viesen sus inseguridades y se aprovechasen de ellas. Otra parte de ella decía que era porque no quería hacer el ridículo todavía más. Cuando llegó a la puerta de la casa, miró hacia atrás por encima de su hombro y vió a Ashley y a sus amigas mirándola, señalándola y riéndose de ella. Estaba claro que eran las peores personas que había conocido en la faz de la Tierra.
Se sentó en la parada de enfrente de la casa para esperar al autobús, y cuando llegó con casi diez minutos de retraso, el conductor le prohibió entrar tras dirigirle una mirada despectiva.
Cabizbaja, comenzó a caminar hasta su casa que se encontraba a más de un kilómetro de distancia de allí. ¿Y por qué no llamo a sus padres? Bueno, podría haberlo hecho si le hubiesen comprado un móvil o si quisiese que le preguntasen cómo había manchado de esa forma su vestido, pero ninguna de las dos sonaba atractiva. Sus padres pasarían el fin de semana en la playa con unos amigos, por lo que se quedaba a cargo de su hermano mayor, Drew, al que tampoco podía ni quería llamar. Así que solo quedaba andar.
Cuando al fin logró llegar a su casa, levantó una maceta de la entrada y sacó la llave de repuesto. Se quitó los zapatos antes de entrar y cerró la puerta con cuidado. Caminó sigilosamente por el pasillo y fue andando hacia las escaleras. Una voz femenina desde el salón captó su atención, y se asomó para confirmar que Melissa, la novia de su hermano, pasaría la noche con ellos. Al menos así sabría que Drew no molestaría.
Subió a su habitación, abrió el armario y cogió un montoncito de ropa limpia. Abrió la puerta del baño y abrió el grifo para dejar que el agua se calentase. Mientras entraba en la bañera aún con la ropa puesta, las risas de sus compañeros aún resonaban en su cabeza. ¿Cómo Ashley pudo ser tan insensible? No podía comprenderlo, nunca lo haría.
Y allí se quedó durante horas, sentada en una esquina de la bañera mientras el agua caía sobre su pálido rostro.
Heey ¿qué tal? ^^ Espero que os haya gustado este mini-maratón. Muchas gracias de nuevo por todo el apoyo que estoy teniendo en esta historia, me alegra que os guste tanto :) Por último quiero desearos feliz año nuevo, y espero que disfrutéis lo que queda de 2015 al máximo (yo leyendo, escribiendo y viendo Teen Wolf, basically u.u) Un beso enorme, y hasta el año que viene! ❤
ESTÁS LEYENDO
Nina
Teen FictionNina es una chica tranquila y callada. No es una de las "populares", ni quiere serlo; prefiere estar sola en su mundo: libros y música. Él llegó con la intención de recordarle que siempre hay personas que valen la pena, incluída ella misma.