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Estaba en la parada nuevamente y él a mi lado, hoy no lo iba a dibujar, definitivamente no. Me estaba haciendo daño a mi mismo hacer esto y ya no quería, creo que lo primero sería tomar el segundo autobús, como siempre, para no verlo más e ir olvidándolo poco a poco. Escuché el tono de mi celular y abrí el maletín.

Era mi madre, me hablaba que ella iba a salir con sus amigas y que no iba a estar en la casa. Fue una conversación corta, pero en ese lapso el autobús que tomaba últimamente se acercó hacia la parada.

Todo sucedió tan rápido, tomé mi maletín y olvidé cerrarlo, mi libreta de dibujo cayó abriéndose justo en esa página, mis lápices se regaron por el suelo y sentí que mi corazón se salía cuando el chico de ojos azules me ayudó a recoger los lápices sin darse cuenta aún del dibujo, reaccioné y me acerqué para tomar mis cosas.

“Gracias, y-yo lo siento n-no me di cuenta, ugh, soy tonto” murmuré mientras él me pasaba mis lápices y colores y yo los guardaba en mi maletín.

Escuché su risa. Era hermosa, tuve que mirarlo a ver para saber si era real, cerca de sus ojos se le formaban unas arruguitas muy tiernas y su sonrisa, Dios, ¡era hermosa! Pero todo cambió cuando vio el dibujo. Salí de mis pensamientos y tomé el cuaderno rápido para cerrarlo y guardarlo en mi maletín e irme con una gran vergüenza.

“Y-Yo... Gracias por ayudarme, adiós” hablé rápido y estaba a punto de irme, cuando escuché su voz, era algo aguda, pero verdaderamente bella.

“¿Por qué me dibujas a mí, un simple mortal, si existe tu rostro, que es digno de una obra maestra?” la forma en lo que dijo, parecía un párrafo sacado de un poema, el calor subió por mi cara y una boba sonrisa se dibujo en mi labios. “Yo pensaba que las rosas eran las flores más hermosas de color rojo, pero al ver tu rostro teñido con ese leve color, las rosas se quedan atrás con tu belleza” bajé la mirada y reí leve, ¿a caso esto era real o el autobús me había atropellado y estaba muerto?

“Hablas como todo un poeta” hablé bajo y en tono tímido.

“Y tú dibujas como un artista, bello chico de cabellos chocolate” miré sus ojos, eran mejor de cerca.

“Pensé que te molestarías” confesé y volví a bajar la mirada.

El rió. “¿Molestarme yo? ¡Pero si siento que es un halago que tus grandes y bellas manos hayan tenido la molestia de dibujar mi sencillo rostro!, además, hablamos que me dibujó aquel chico de ojos esmeralda y cabello rizado que lleva apareciendo en mis sueños los últimos días” sonreí y giré la vista, de seguro estaba como tomate.

“No sé como reaccionar” confesé.

“No reacciones, sólo acepta tomar un café conmigo hoy en lugar de tomar tu autobús de la ruta tres, por favor” una sensación extraña apareció en mi estómago, todos éstos días pensando que yo pasaba desapercibido ante los ojos azules y saber ahora que hasta sabía el color de mis ojos y el autobús que tomo, era sinceramente, mágico.

“Acepto” sonreí.

Caminamos por las calles de Londres hablando, de vez en cuando me decía algunos halagos y eso hacían que yo enrojeciera. 

Llegamos a un café pintoresco, y él hizo una reverencia para que yo pasara primero, reí ante aquella acción. Tomamos una mesa que daba hacia una ventana a la calle, y pedimos nuestros cafés con un poco de pastel.

“Harry, ¿no piensas vender tus pinturas?, ¡serías muy famoso, tienes un gran talento para esto!” sonrió por séptima vez en el día y yo lo imité, éste chico era precioso.

“La verdad sí, pero nunca he hecho nada” subí los hombros en forma de despreocupación, no quería que habláramos de mi, quería conocerlo a él.

“¿Sabes? Me sentí como Rose del titanic, toda una musa” reí ante su comentario. Era muy gracioso.

“Cuéntame de ti, Rose. ¿Qué te gusta?, ¿qué no?, sólo... Cuéntame de ti” sonreí y el mesero trajo nuestras órdenes, sorbí mi café y volví a mirarlo.

El rió. “Tienes un bigote de leche, Harry” tomó un servilleta entre risas y se acercó a mí, me puse notablemente nervioso y el de forma delicada me limpió la boca. “Listo” se puso otra vez en un asiento y yo volví a respirar. “No hay mucho de mí, estudio poesía y mi padre me odia por no ser abogado” sonrió.

“Interesante” tomé nuevamente café, ¡vaya que estaba delicioso! Sequé mi boca delicadamente y volví mi vista hacia él, que me miraba. “¿Qué más?”

“Bueno, me gusta el café y tus rizos, el pasto después de una brisa de verano y tus ojos, el salmón y tus labios...” lo último lo susurró pero aún así lo escuché haciendo que me sonrojara, por milésima vez en el día. “Las rosas y tus mejillas, y la combinación de letras H, A, A, R, R, Y que forman a un chico hermoso que está sentado frente mío”

“A mí también me gusta mi nombre” dije bobamente y los dos reímos.

“Harry, ¿aceptarías venir conmigo a más citas y limpiar tus bigotes de leche?”

“Sí, Louis. Acepto a venir más seguido acá y que limpies mis bigotes de leche en un gesto delicado y hagas que mis piernas tiemblen como adolescente”

“Oh, Harry. Estamos en la misma situación” sonrió y sentí sus pies juntar los míos debajo de la mesa.

FIN.


Ésta historia fue basada en el secreto de arriba que fue difundido en WSRM.

Feliz año nuevo para algunas.

-bluet0xic xx.

El Dibujante »LS«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora