Especial de San Valentín.

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¡Por fin! ¡Ya terminó la ronda de hoy! Al fin podré ir a casa con mi esposa, mi perro y mi cena.

Al abrir la puerta lo primero que veo es a Bucky, el cual me salta encima y empieza a lamerme, lo acaricio, ese perrito es un amor.

Hablando de amor...

—Paris, mi amor —llamé pero no tuve respuesta—. Paris —llamé de nuevo y nada. 

Voy a la cocina y no hay nada, ni siquiera la estufa está encendida. Voy al cuarto de lavado, nada, a la habitación, y no está tampoco. 

—¿Dónde estás? —musité para mi mismo y entonces un reflejo de luces rojas en la ventana. Me asomo y veo la Van de París llena de bolsas. Suspiré aliviado y rápidamente fui a ayudarla con las compras.  

Cuando llego veo que no solo compró comida, también compró ropa de maternidad y todo lo necesario para el parto; para el cual faltan 4 meses, por cierto. Al parecer está desesperada.

Entramos todo a la casa y lo primero que hago, cuando deja las compras, es halara del brazo y darle un apasionado beso, aunque sé me dificulta debido al gran abdomen que tiene.

—Oye, vas a lastimar al bebé —me dice apartándome un poco y tocando su barriga. 

Reí entre dientes y acerqué mi oreja hacia el bebé— Mmm... entiendo —asiento, fingiendo que escuchó al bebé—. Milán dice que lo pone muy feliz que papá bese a mamá —instintivamente mi esposa sonrió.

—Aja, sí, te entiendo perfectamente —murmuraba mientras tocaba su estomago y miraba hacia arriba—. Él dice que muere de hambre —se dirigió hacia mí.

—¿No serás tú? —indagué y me dio un leve puñetazo en el brazo. Pero lo sujeté como si deberás me dolió— ¡Ay, mi brazo, mi brazo mi brazo! Creo que se rompió, revisalo.

La oji-verde rodó los ojos y besó mi brazo —¿Ya está mejor?

—No lo sé, creo que necesita otra dosis —le extendí mi brazo con carita de niño tierno.

 —Deja de hacer esa cara y ayúdame a cocinar ¿quieres? —pidió y yo gruñí con fastidio.

—Amor es San Valentín —hice un  puchero—. Salgamos a cenar mejor —la seguí hasta la cocina.

—Sí, pero me duele la espalda —se quejó, imitando mi puchero.  

 —Entonces pidamos pizza —ella alzó una ceja— Estilo Chicago —añadí pretendiendo seriedad.

—Tienes suerte de que es mi favorita —farfulló y me puse a aplaudir como niño pequeño, por qué a ella le gusta que lo haga.

Luego de un rato, cuando llegó la pizza, nos sentamos a ver The Notebook y Paris no paraba de lloriquear diciendo que "es tan triste que ella no lo recuerde después de todo lo que pasaron juntos"; yo la consolaba, porque como está embarazada tiene sus cambios de humor repentinos todo el tiempo y debes seguirle la corriente o sino cambia al modo regañón y agresivo.

En efecto, tener una mujer embrazada no es fácil pues debes limpiar vómitos de náuseas, aguantar sus cambios de humor, no sentir asco cada vez que ella escupe y por supuesto cuidarla cada vez que el bebé esté dando "saltitos". Pero sé que de eso saldrá algo muy valioso para mi y para ella. 

Nuestro hijo.

Después de otro rato, París se durmió, quise levantarla y llevarla a la cama, pero temía que se despertara y el bebe no la dejara dormir, así que mejor la arropé, la deje dormir y me caminé hacia la habitación pero ella me detuvo con un murmuro:

—Quédate.

Sonreí y me acurruque a su lado en el sofá cama y de repente me besó.

—Feliz San Valentín amor —musitó.

—Feliz San Valentín, Paris —musité de vuelta.

A pesar de todo lo que tuve que pasar para que esta chica, luego de 5 años sin saber de ella, vuelva hasta mi. Aún creo que es maravillosa.

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Aiñs, quiero un Alaric de esposo.

Sí ya sé, ¡Lissy, San Valentín fue hace tres meses! 

Es que no tenía inspiración y ahora fue que me salió.

Aún así se los prometí y aquí está, espero que les guste ♥ y no me maten.  

Hugs n' Kisses,
Lissy.

P.D: Proximo especial: Día del padre y día de las madres.

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