Capítulo 41

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¡Últimos capítulos!

14 horas de vuelo después...

Shailene. 

Por fin llegué a California. Y tuve que seguir trayendo lentes de sol, para ocultar mis lágrimas. Mi asistente llamó a un taxi para que nos viniera a recoger. Ella se fue a un hotel y yo a la casa de mis padres.

El pequeño Tanner sale corriendo de la casa y me abraza fuertemente. 

-Hola, Shai -me susurra al oído. 

-Hola, Tann ¿Cómo estás? -Lo tomo entre mis brazos y entramos en la casa. Saludo a mis padres y dejo a Tanner en el suelo para que se vaya a jugar. 

-Hija ¿qué tienes? -mi madre me toma del hombro y las lágrimas regresan en un instante. 

Los tres nos sentamos y empiezo a contarles todo. Ellos están muy atentos escuchando y yo no paro de llorar, pareciera que se ha muerto alguien porque estoy llorando como tal, pero lo único que se murió aquí es la relación absurda que mantuve con un tarado que ni siquiera me amaba y solo jugo con mis sentimientos. Para mi él ya esta muerto. 

Ambos me abrazan cuando termino de hablar y no sé porque pero así me siento más rota de lo que estoy. 

-Quiero estar sola, subiré a mi cuarto -me alejo de ellos, recorro el enorme pasillo y subo a mi habitación.

Ahí como siempre están mis peluches, un sofá grande, un tocador enorme, y dos puertas que dan a mi oficina-biblioteca, y a mi baño. Ahora no estoy para acomodar toda la ropa que me he traído así que me tumbo en un mi cama y abrazo la vieja muñeca que me dio mi abuelo.

Las gotas salen y salen sin parar de mis ojos y de alguna manera, lo permito. Me siento débil, rota, deprimida, triste y más que nada, sola. Ahora no hay nadie en el mundo que pueda hacerme sentir bien... Si tan solo estuviera mi abuelo aquí, me diría que hacer y me apoyaría en todo lo que yo decidiera. 

-Lo siento, abuelo, te fallé una vez más -digo en voz baja para que nadie me oiga -Sé que no debí enamorarme, pero lo hice y fue el peor error que pude haber cometido en toda mi vida... Theo es un idiota y no quiero volver a verlo... No sé cómo pude creer en esas mierdas del amor, son solo idioteces que sirven para coger un rato y después se te olvidan.

Me quede dormida al poco tiempo y no quería despertar por nada del mundo. 

En mi sueño se encontraba mi abuelo que estaba sentado en un banca fumando una pipa, yo estaba junto a él apreciando la vista del atardecer. Pasamos un rato conversando de tonterías y no sé porque pero él sabia lo de Theo.

-Mi niña, te dije que no tuvieras miedo de amar a otras personas y que precisamente ellas entran en nuestra vida por una sola razón -me estaba viendo y yo solo tenia mi cabeza gacha.

-Lo sé, pero... Ya me han hecho mucho daño y no dejaré que lo vuelvan hacer -ahora si lo estaba mirando. Antes de hablar suspiré -Creo que es mejor que esté contigo en el cielo que aquí... Nadie me necesita y no tengo por quien luchar. 

Mi abuelo se acerca hasta a mí y me da un abrazo. 

-Pero sí tienes alguien por quien luchar, pequeña... -se separa de mí y mira sobre mi hombro, yo muy lentamente desvío mi vista hacia donde él mira y veo que hay un pequeño niño jugando con una pelota . 

En ese momento tengo una sensación extraña que jamás había sentido. Es como si quisiera correr y abrazar a ese pequeño angelito. Pero en vez de eso él viene hacia a mí y toma mi cara entre sus manitas. Le encuentro un pequeño parecido a mí y a... Theo. 

P.D: Te Conozco {Sheo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora