Miré a Natalee y luego miré a Amanda que esperaba una respuesta de mi parte.
—Vamos Jonas, dile —me insistió la morena.
—Espera un segundo Amanda —le dije a la rubia y tomé el brazo de Natalee para jalarla hacia mí y chocar su boca contra la mía.
Mis ojos estaban abiertos, al igual que los de ella, pero al iniciar un movimiento sobre sus labios mis ojos se cerraron, otra vez. ¿Por qué? No lo sé.
Ella no hacía nada, ni siquiera movía los labios. Hasta que casi la obligué a hacerlo, cuando con cuidado mordí su labio inferior. Entonces sentí esa deseada respuesta. Sonreí sobre su boca, para luego volver a ser serio en aquel beso. Subí mi mano que estaba en su brazo a su nuca, para acercarla un poco más. Ella apoyó sus dos manos sobre mi pecho, era como si intentara alejarse, pero algo en ella se lo impedía. Rocé la punta de mi lengua con la de ella. Obteniendo más sabor de su dulce boca. Finalicé volviendo a morder levemente su labio, para luego alejarme despacio. Abrí mis ojos para mirarla.
Sus ojos se abrieron despacio e intentó hablar, pero las palabras no salieron de su boca. Giré para mirar a Amanda. La rubia estaba tan roja como un tomate, y parecía que su quijada iba a tocar el suelo.
—Yo... —dijo Natalee.
—Amanda, si eres tan amable ¿podrías dejar de irritar a Natalee? La pones de mal humor y eso me pone de mal humor a mí. Porque después me cuesta un poco más llegar a la habitación, ¿me entiendes?
Hizo un sonido indignado y salió rápidamente de allí. Natalee se giró a verme.
— ¿Por qué hiciste eso? —me preguntó algo agitada. La miré y sonreí levemente.
—Ya te la he sacado de encima, cariño —dije.
Pestañeó varias veces de forma nerviosa y sacó su mirada de mí.
—No era lo que estaba pensando, pero al parecer funcionó... por ahora —dijo ella. Con decisión fijo su mirada en la mía —Que sea la última vez Jonas.
—De ninguna manera, cuando te moleste avísame Natalee. Yo vendré a besarte las veces que sea necesario —le dije.
—Eres tan infantil —me acusó y salió de allí chocando un poco con Ryan y Chaz —Lo siento.
Los chicos miraron como se fue, y luego volvieron su vista a mí.
— ¿Desde cuándo están ahí? —les pregunté.
—Desde que colocaste tu mano en su nuca para acercarla más a ti —contestó Chaz.
—Bien, estas bien Joe —dijo Ryan mientras ambos se acercaban a mí.
Los miré consecutivamente.
—La... la tengo comiendo de la palma de mi mano. Pronto la tendré en la cama, pero por ahora me conformo manejándola de este modo —dije algo nervioso.
Ambos sonrieron cómplices.
—Creo que a nuestro pequeño saltamontes le está costando un poco aceptar que Natalee le gusta más de lo que él cree —dijo Chaz.
—Estas en lo correcto mi querido Somers, me parece que no lo está queriendo ver —agregó Ryan.
—Vamos muchachos, ¿Acaso no me conocen? —les dije mientras comenzaba a caminar para salir del salón. Ellos caminaron detrás de mí —Yo solo la quiero para una noche, y punto.
—Creo que tendríamos que grabarte la próxima vez que la beses. Tú nunca besaste así a ninguna, te lo puedo asegurar —me dijo Somers.
Lo miré un poco asustado. Él solo estaba jugando conmigo, yo siempre beso a todas de la misma manera. Aunque, debo admitir que mis ojos se cierran cuando la beso...
—Puras patrañas —aseguré un tanto nervioso —Tal vez sea porque ella si sabe besar.
—O porque realmente te gusta besarla —dijo Ryan.
—Ya cállense, y dejen de decir tonterías —les dije firme.
Ambos rieron y entramos en la cafetería del lugar. Divisé a Natalee sentada con la chica de los anteojitos.
—Miren, se hizo amiga de la chica de los libros —dijo Ryan.
—Diablos —musitó Chaz.
— ¿Qué sucede? —le preguntó Ryan. Sonreí, era hora de vengarme.
— ¿No te ha dicho? —le dije a Ryan. Chaz me miró asesinamente —Le gusta la genio.
— ¿Qué? —dijo Butler con una sonrisa de diversión en el rostro.
— ¡Que no me gusta! —chilló él.
—Te encanta Somers, admítelo.
—No hasta que admitas que Natalee te trae loquito —me dijo.
Lo miré fijo por unos cuantos segundos. Le estaba por decir algo, pero mi celular comenzó a sonar.
—Aguarden, señoritas —les dije y me alejé. Miré la pantalla y era mi padre - Paul.
—Joe, siento no haberte llamado antes, pero no tuve tiempo —me dijo.
— ¿Qué sucede? —le pregunté.
—Tú prima, está yendo hacia la Universidad.
— ¿Qué? —pregunté sin poder creerlo — ¿Por qué Ashley viene aquí?
—Ideas locas de tu tía Annie —dijo algo exasperado.
—Pero... pero... ¿Acaso no había otra universidad para que fuera?
—No lo sé, solo controla que no haga líos. Ya sabes cómo es...
—Sí, sí lo sé —dije y suspiré —Es una diminuta bomba de tiempo.
—Contrólala Joe, no quiero problemas por ella...
—Tranquilo, la mantendré vigilada —le aseguré y colgué.
Volví a donde estaban mis amigos. Ambos miraron mi cara de exasperación.
— ¿Qué pasó? —me preguntó Ryan.
—Una pesadilla viene hacia aquí, tengan cuidado. Miren a su alrededor, ella es la creación de dios y el diablo. Más del diablo diría yo...
— ¿De qué estás hablando Joe? —dijo extrañado Somers.
— ¡Tontín! —escuché su voz detrás de mí y me paralicé.
—De ella —les dije a mis amigos y me giré a verla.
Con una sonrisa de oreja a oreja se acercó a mí y me abrazó.
— ¿Cómo estás tanto tiempo, primo? —me preguntó.
—Hola Ash, ¿Cómo estás? —le pregunté.
—Cansada por el viaje, enojada porque mis padres me obligaron a venir a está estúpida Universidad, y contenta de ver a mi primo favorito —dijo sin dejar de sonreír.
De verdad me daba miedo.
Se parecía un poco a mí, pero sus cabellos eran un rubio intenso, un rubio natural. Que caían sobre sus hombros en definidos rulos. Y sus ojos eran verde cielo, un poco parecido a los míos, pero con otro brillo. Su piel blanca parecía de porcelana.
—Muchachos ella es mi prima Ashley Tisdale. Ash ellos son Chaz Somers...
—Es un gusto Ashley —le dijo Chaz.
—El gusto es mío Chaz —dijo ella y luego miró a Ryan.
—Y él es Ryan Butler —lo presenté.
Ryan no articulaba palabra alguna. Solo miraba fijamente a Ashley, como si fuera algo que jamás hubiera visto en su vida.
—Oye, ¿Qué le sucede? —me preguntó mi prima por lo bajo. Me encogí de hombros.
— ¡No es cierto! —escuchamos como alguien decía detrás de nosotros.
Ashley se giró a verla rápidamente. Sus ojos se abrieron como platos y su boca casi toco el suelo del asombro.
— ¡No puede ser! —habló sin dejar de mirarla.
Las miré consecutivamente. Natalee se encontraba frente a mi prima con la misma cara de asombro que ella.
— ¿Eres Ashley, Ashley Tisdale? —preguntó la rubia atónita.
—Aja —dijo asintiendo mi rubia prima — ¿Y tú eres Natalee, Natalee Levine?
—La misma que viste y calza, señorita 'no pienso comprometerme con alguien hasta que me salgan arrugas en los dedos pequeños de los pies' —le dijo divertida.
Se acercaron para un amistoso abrazo. Miré a mis amigos y los encontré con la misma cara de confusión que yo. Ashley se alejó para mirarla y sonreír.
—No puedo creer que seas tú, señorita 'lo único que necesitas en la vida es un pote de helado, una buena película y asunto arreglado' —habló con rapidez —Te juro que si no creyera que las casualidades son puras palabrerías, pensaría que esto es una casualidad.
—Lo mismo digo —dijo Natalee.
—Perdón, perdón que interrumpa, señorita 'no sé qué de los dedos del pie' y señorita 'helado y películas' pero, ¿Pueden explicarme qué pasa? —les pregunté.
— ¿Conoces a Jonas? —le preguntó Natalee a Ashley.
—Es mi primo —le respondió ella.
—Mentira —dijo sin poder creerlo la rubia.
—Lo juro —afirmó Ashley.
—No, no te creo.
—Enserio te digo, ¿Tú lo conoces? —le preguntó ella.
—Sí, y por desgracia —me echó una despectiva mirada. Sonreí, estaba indignada por lo del beso. Pero yo sé que le encantó.
Natalee giró la cabeza y miró hacia la mesa en donde estaba la chica de anteojitos.
— ¡Emma! ¡Ven! —la llamó.
La chica castaña de ojos azules se acercó a nosotros con la cabeza baja y con timidez. La miré bien, no puedo creer que ella le haya dicho todas esas cosas a Chaz. Lo miré de reojo y vi su cara de frustración.
—Emma, ella es Ashley una vieja amiga —se la presentó.
—Un gusto —le dijo Ash amable.
— ¿Una vieja amiga? —pregunté y las miré — ¿De dónde se conocen?
Ambas se miraron entre si y unas grandes y blancas sonrisas se dibujaron en sus rostros.
—De las mejores vacaciones de nuestras vidas —dijeron al unísono.
Estallaron en risas. Las miré más confundido aun.
—Aún no puedo creer que estés aquí, hace como 2 años que no sé nada de ti —dijo Ashley.
—Lo sé, lo sé. Me mudé perdí tu número... un desastre —le contó la rubia.
—Pero, ¿Qué haces aquí? —preguntó la rubia, mientras comenzaban a caminar alejándose de nosotros. Emma se unió a ellas.
—Mi padre me metió obligada a esta estúpida Universidad formativa —exasperó Natalee.
—Los míos también —dijo Ashley.
—Oigan, ¿pueden contarme de donde se conocen? —les pregunté.
—Luego —sentenciaron las dos al unísono alzando un dedo hacia mí, pero sin dejar de mirarse entre ellas.
Giré la cabeza para mirar a mis amigos. La cara de Chaz era una mezcla de confusión y diversión.
Mientras que la cara de Ryan era una mezcla de confusión y asombro. Volví mi mirada hacia donde se habían ido y las tres estaban sentadas en una mesa.
—No puedo creer que se conozcan —dije sin dejar de mirarlas.
—Yo creo que las tres podrían perfectamente destruir al mundo —agregó Chaz.
—Yo creo que tu prima es la cosa más hermosa que vi en mi vida —habló con tono bobo Butler. Lo miré con ceño fruncido.
—Oh, dios. ¿Te gusta Ashley? —le pregunté. Ryan me miró.
—Es muy bella, Jonas —me dijo.
—Amigo mío, esa chica que ves ahí es el diablo en persona...
— ¿Por qué dices eso? —preguntó Somers.
—Ashley Tisdale, puede llegar a ser peor que nosotros tres juntos. Ella es fría, calculadora y especialmente es una enredadora —les dije.
—No puedo creer que estés hablando así de tu prima —dijo Ryan sin dejar de mirarla —Es más, yo diría que parece un ángel.
—Sí, lo parece. Pero hay un largo camino para que lo
sea. Hazme caso, Ash no es mujer para ti. Ella es... muy especial.
— ¿Por qué?
—Porque amigo, tiene la facilidad absoluta de volverte loco, usarte a su antojo y luego dejarte sin haber recibido nada a cambio ¿me entiendes, verdad? Lo juro amigo.... Tengo conocidos que han salido con ella, y quedaron fóbicos —dije.
—Pero si Ryan ya es fóbico a las relaciones formales, al igual que tú —dijo Chaz.
—No fóbico a las relaciones, fóbicos a las mujeres...
—Oh, eso es terrible.
— ¿Lo ves Ryan? Mejor busca otro objetivo. Además de que es una chica a la cual le gustan los problemas, no sé cómo es que es amiga de Natalee.
—Claro no, 'tu' Natalee es perfecta —dijo Butler.
—Sí lo es, en lo que me concierne a mí, lo es —contesté.
—Pero tal vez no conozcamos bien a la señorita Natalee Levine —habló Chaz —Algo deben esconder ese par de ojos verdes.