El Galán, El Enamorado y El Rubio

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Lamento que mi actualización tardara tanto, pero entre el trabajo y la universidad apenas me queda tiempo.
Les agradezco muchisimo a las personas que se han tomado el tiempo de leer este fic, y espero realmente que les siga gustando y puedan continuarlo, haré de todo para actualizar más seguido <3 mil gracias <3

Hacía un día soleado, la mañana estaba entrada y caía el medio día, cada quien parecía encargarse de sus propios asuntos.
No muy lejos del piso del poeta había un piso más, un piso que compartían tres amigos, tres amigos que no importa cuánto lo intentaran, no paraban de discutir.

La luz penetraba por una de las habitaciones, haciendo que un joven adormilado abriera con pereza los ojos, Courfeyrac.
Suspiró con pesadez y se incorporo en la cama, a su lado estaba una bella joven de cabello castaño; Courfeyrac sonrió, la noche anterior había ido a beber con 2 de sus amigos, Bahorel y Grantaire, y él, como es de costumbre, terminó liándose con una linda chica del bar, la miró por todo el tiempo que pudo, sus hombros morenos y suaves, su cabello rizado y su bien delineado perfil, la chica era preciosa y eso era algo de lo que él alardeaba, siempre se conseguía a las chicas más lindas; se inclinó a besar a la joven para despertarla con un sutil beso, pero algo llegó antes a ella que aquel beso.
-¡Marius a nadie le importa tu alma solitaria, cierra la boca ya!- Se escuchaban los gritos desde la cocina del apartamento.
-¡Si hubieras estado allí sabrías como se siente que alguien te deje flechado!- Replicaba otra voz.

Maruis y Enjolras.

La joven abrió los ojos algo extrañada y con pereza, ¿Qué eran esos gritos? él le había dicho que vivía solo.
-Buenos días- dijo Courfeyrac con una sonrisa,
-Hola cariño, ¿Qué es ese escándalo?- preguntó tallándose los ojos
-Bueno... recuerdas que te dije que tenía un piso- apretó los labios intentando contener una sonrisilla -Pues, el piso no es solo mío-
La expresión de la chica cambió de un momento a otro, se paró de la cama y comenzó a vestirse, buscó su ropa por el piso, pero para su mala suerte muchas de sus prendas superiores se encontraban en la salita del apartamento.
-Oh, al menos di algo ¿Estuve bien anoche?- preguntaba Courfeyrac con un tono burlón en su voz, pregunta que la chica no se molestó en responder, y una vez que estuvo vestida con todas las prendas suyas que había en la habitación, caminó hasta él y le dio una fuerte cachetada.
Courfeyrac no se lo esperaba.
La puerta se abrió, y los dos jóvenes de la cocina miraron a la chica como si fuera de lo más normal que estuviera allí, después siguieron con su conversación ¿Con qué debían mezclar los huevos para el desayuno? ¿Chorizo o pimientos?
La joven tomó el resto de sus prendas de la salita y salió de la casa, cerrando con fuerza la puerta tras ella.

-¡Courf!- era la voz del líder, de Enjolras; Courfeyrac suspiró.
-¿Qué pasa E?- preguntó Courf mientras salía de la habitación sobándose la mejilla
-Tienes que dejar de traer mujeres- Dijo Marius con voz calmada mientras se servía algo de café
-Eso- continuó el rubio con aire solemne, -no puedes traer mujeres todas las noches, es incomodo para todos al amanecer-
-Para ellas especialmente al darse cuenta que los escuchamos la noche anterior- se burló Marius.
Courf asintió, no iba a cumplir, pero les diría que si solo para ahorrarse problemas.
-¿Qué es para el desayuno? Estoy hambriento-
-Enjolras y yo no decidimos, ¿Chorizo o pimientos?-
-Pimientos- respondió Courf mientras se servía un vaso con jugo.
Enjolras suspiró.
-Desayunen ustedes, yo tengo clases- dijo el rubio
-Pero E, hoy es sábado-
-¿Y que con eso? Debo presentar un examen, los veo en el musain más tarde-

El rubio se despidió con una mano, mientras con la otra tomaba su mochila y salía de su piso.
-Y ¿Ya te acostaste con la rubia?¿Cual es su nombre? - preguntó distraídamente Courf.
El rubor subió por el rostro Marius, cosa que hizo reír al otro.
-Lo tomaré como un no-

Entre risas y burlas de ambos terminaron el desayuno, más tarde se encontrarían con el resto de sus amigos.

Té Para 12Donde viven las historias. Descúbrelo ahora