Toda una vida por delante.

Te gusta.

Después de estar toda la tarde juntas, Estela me invitó a dormir a su casa esa y otras dos noches más ya que sus padres no estarían en casa, sus padres viajan mucho y antes Estela tenía que quedarse con una niñera, pero ya tiene dieciséis años. Mis padres aceptaron, entonces pasé por casa para coger mi ropa, y luego nos fuimos a la suya.

-¡Nuria, tengo una idea!- Me chilló de repente cuando hacíamos las pizzas.

-Sorpréndeme.- Le respondí colocándo otro trozo de queso en la pizza.

-Mañana.-Dijo y sonrió.

-¿Si...?

-Fiesta en mi casa. ¿Si? Si.- Me dijo emocionada. La verdad que yo no tenía ganas, quería descansar, y lo último que quería ver es a un montón de gente que ni conozco y a unos intercambiándo babas con otros. En otro momento me encantaría estar en una de las fiestas que prepara Estela, pero esa vez no. Sabía que iba a estar Jesús.

-Pero... una fiesta íntima ¿no?- Dije intentando excluir a Jesús, pero mientras lo decía me dí cuenta de que es su mejor amigo y que había echo una pregunta muy estúpida por lo que también ella se reía sin parar.

¡Por dios Nuria! ¿Qué tipo de fiestas son íntimas?- Me regaña mi subconsciente.

-¿Una... fiesta... íntima? ¿Nuria?- Me dice aún riendo.

-Pf, calla. Lo sé. No te rias. ¡Es estúpido! Olvidalo.

-Vale, lo olvido. Voy a llamar a gente para invitarles.

-¿A quienes invitarás?- Dije esperando no escuchar el nombre Jesús.

-Voy a llamar a Lucas, a Leyre, a Jesús, a Daniel y a Mónica. Y ellos que traigan a más gente.- Dijo con el teléfono en la mano.

Suspiré. ¿Qué remedio me quedaba? Ninguno. Sólo esperaba que acabara pronto la fiesta o, que como es uno de los popus de aquí, que tenga otra cosa más importante que hacer.
Al rato apareció Estela con una sonrisa en la cara, la miré y rodé los ojos.

-¿Qué te pasa chiquilla?- Me preguntó divertida.

-¿Es necesario asistir a esa fiesta?- Pregunté deseando escuchar un no, tranquila, no he invitado a nadie.

-¿Eres tonta? Sí. Claro que sí, ¿por qué no quieres que la haga?

-Creo que no es un buen momento. Yo necesito descansar, ya sabes.

-Por eso, te hice caso y será una fiesta íntima de esas.

-Entonces ¿a quién has invitado?- Prengunté extrañada.

-A los que te dije.

Nunca había deseado tanto que una fiesta no se celebrase. ¿Qué querría hacer con los pocos que eramos?
Acabamos de cenar, nos sentamos en el sofá y pusimos la tele.

-Te gusta.-Le dije sonriendo.

-¿Quién?- Me preguntó extrañada.

-Lucas.- Sonreí aún más y ví como a Estela se le agrandaban los ojos y tragaba saliva.

-¡Si! ¡Dios! ¡Te gusta!- Dije antes de que ella pudiera decir nada.

-Te gusta.- Me imitó.

-¿Quién?- Dije con miedo de escuchar un nombre.

-Jesús.- Sonrió triunfante, y yo tuve la misma reacción que ella.

-¡Si! ¡Dios! ¡Te gusta!- Me imitó una vez más, la miré mal y nos empezamos a reír.

-¿Por qué no me lo dijiste?- Me miró seria.

-Es tu mejor amigo...

-¿Y qué imbécil?

-¿Por qué no me lo dijiste tú?- Dije en forma de venganza.

Se me quedó mirando un rato, manteniendo el contacto visual hasta que por fín rompió el silencio.

-Simplemente no creo que sea algo importante.

-¿Cómo que no? ¿Desde cuando te gusta?- Pregunté interesada.

-Lucas y yo tuvimos algo, no hace mucho. Lo dejamos porque creí que era lo mejor.

-¿Creiste?

-Sí. No quiero hablar de esto ¿vale? En otro momento.

Acepté y estuvimos viendo la tele hasta que ambas nos quedamos dormidas.


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¡Hoooola!

Ya sé que este capítulo es cortito pero ya lo recompensaré ¿vale?

Por favor, si hay alguna falta decírmelo.

¡Disfrutadlo!<<<<<3