Pues sí que han tenido que cambiar las cosas para que tú no me odies.

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Me desperté con un dolor horrible en la cabeza y en una cama de hospital. Analicé la habitación, y me extrañé al ver a Jesús en la silla que estaba a mi lado. ¿Por qué estaría allí? Y lo más importante ¿qué me ha pasado? Desmayarme era algo normal en mí, pero solía despertarme al poco tiempo. No paraba de hacerme preguntas y Jesús ni me miraba, estaba muy atento al instagram de una chica de nuestra ciudad, Marina creo que se llamaba.

El silencio me incomodaba entonces decidí romperlo.

-¿Qué hago aquí? ¿Qué me ha pasado? Me duele mucho la cabeza...

-¿Recuerdas que estabamos en el descampado?

-Si, y me empecé a marear. Recuerdo ver llegar a Estela con alguien más que no reconocí.

-Te desmayaste. Y el dolor en la cabeza fue al caer, te diste un buen golpe. Ah, y el chico que iba con Estela era yo.

-Y ¿que haces aquí conmigo si me odias?- Me salió sólo, al segundo de decirlo y ver la cara que se le quedó me arrpentí y estoy segura que lo demostré con mi cara porque empezó a reirse y como no, me quedé embobada mirándole.

-Estoy aquí porque Estela bajó a comer algo, y no, no te odio.

-Pues si que han tenido que cambiar las cosas para que tú no me odies...-Dije en bajo, esperando que no me escuchara. Pero vaya, la mala suerte estaba de mi parte.

Jesús volvió a reír. Chico, o paras de reirte o llama a una enfermera.

-Yo no te odio.- Sabía que mentía.

Nos quedamos callados y apareció Estela.

-¡Por fin despertaste!- Se acercó a mi cama y me abrazó fuerte.

-Gracias por ir a ayudarme. ¿Han dicho algo los médicos?

-Vendrán en unos minutos a hacerte alguna prueba pero no es nada grave, ¡vaya susto me pegaste! Por cierto Nuria, este es mi mejor amigo, Jesús.

Miré a Jesús y éste seguía con la mirada en su móvil.

-Ya nos conocíamos.- Dijo Jesús con indiferencia.

-Pues no me habías hablado de ella.- Tragué saliva, eso dolió.

-Tampoco nos llevamos mucho.- Se excusó.

Cuándo Jesús estaba terminando la frase apareció el médico y una enfermera por la puerta, acto seguido me encontraba a solas con el.

-¿Me ha pasado algo grave?

-No, y sí a la vez. Un desmayo no es grave, al menos no uno de los tuyos; pero imagínate que caes y te das con algo puntiagudo, o que te abres la cabeza, eso sí sería grave ¿no?

-Sí.

-Sabes que te pasan estas cosas, y que te van a seguir pasando. Te hemos dicho que no hay solución, pero puedes prevenirlo o al menos intentarlo. Tus amigos nos dijeron que estabas en una fiesta, ¿consumiste alcohol, tabaco o alguna droga?

-No... no bebí ni fumé y mucho menos consumí drogas. Estaba sentada y me levanté a dar una vuelta por allí y me desmayé. Nada nuevo, como las otras veces todo.

-Bien, pues no tengo nada que decirte. Reposa y aquí tienes el alta. Por cierto, hemos llamado a tus padres, tu madre estaba trabajando y no podía venir y tu padre no nos lo cogió. Rosa, quítale la vía.-Le dijo a la enfermera y cuándo ésta acabó le contesté ya que temía a las agujas.

-Vale, muchas gracias.- Después de decir esto me quedé sola en la habitación y aproveché para entrar al baño y lavarme la cara. Cuándo salí ya estaba Estela esperándome con una bolsa de gominolas ¡ella sí que sabe! Pero ¿y Jesús?

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¡Amorcitos!

¿Qué tal? Bueno, este capítulo no tiene nada de especial a sí que subiré otro en un ratín.

Otra cosa mariposa, a partir de ahora subiré capítulos los domingos y los jueves (mañana no jj), e igual en un tiempo subo también otra novela con Dani.

¡Espero que os guste! ¡Besitos! <<<<<3

Toda una vida por delante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora