Un gato solitario bajo la lluvia 4.

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Los sueños del kwami no fueron tranquilos aquella noche, entre sueños veía a Uras escapando del templo, unos guardias le cortaban el camino sus rostros parecían deformarse a momentos. El trataba de ir en su ayuda pero por mas que luchaba no podía alcanzarla.

Sus ojos se abrieron de golpe, con la respiración agitada se removió observando cómo se encontraba Alister, suspiro aliviado al ver que aun dormía encogido bajo la capa de Liam.

-Escapó igual que ella. - susurro, prometiéndose internamente que no permitiría sucediese lo mismo.

-Ya has despertado amiguito – le hablo el platinado despertando.- Encenderé un fuego para que podamos comer algo, difícilmente regresaran a buscarles aquí así que no habrá problemas con que vean el humo.

-Despertaré a Alister –informó el kwami siendo detenido por Liam.

-No, déjale dormir. Ayer fue una noche agitada, es mejor que duerma lo que pueda.

-Pero ya deberíamos marcharnos a su hogar. -objeto el pequeño.

-Te lo repito, ¿Estás seguro que aceptara regresar?.

-No – admitió bajando sus orejas.

-Por ahora no te ahogues en problemas, es malo pensar demasiado antes de un buen desayuno. Enserio conocí a un visir que lo hizo y terminó vendiendo a su propia esposa –rió divertido.

-¿Es una broma verdad? - la pregunta quedó sin respuesta pues el hombre, se fue canturreando algo.

Alister despertó sintiendo su cuerpo entumecido, extrañaba su suave cama en su tibia habitación. Un segundo pensó en regresar y esperar el castigo que su padre pudiese imponer, abandonó la idea al recordar que si regresaba tendría que comprometerse con esa escandalosa mujer que no conocía.

-Ya has despertado – habló el anciano regresando con leños en sus mano- Espera unos segundos y tendremos un buen desayuno.

-No es necesario –dijo el muchacho poniéndose en pie. -Es mejor que me marce.

-¿Ya veo regresas a tu hogar? - el peli plata se dedicaba a encender una hoguera mientras hablaba.

-No, pero ya no deseo crearle problemas.

-¿Te esperan en algún lugar? - interroga el mayor ante la expectante mirada de Plagg.

-No. -musito con la cabeza baja.

-Entonces puedes quedarte a desayunar sin apuros –sonrió sacando algunas cosas de su maleta. - Y no me digas que no, se que no soy un gran cocinero pero que puedo hacer algo caliente para llenar el estomago, eso si puedo hacerlo.

El desayuno transcurrió en silencio Plagg aun pensaba en cómo convencería a Alister a regresa, el rubio por su cuenta trataba de decidir adonde ir. El platinado solamente sonreía divertido al ver como los otros dos se perdían entre sus pensamientos.

Al terminar Liam guardo todo en aquella gran maleta disponiéndose a seguir su camino.

-Fue un placer compartir este cruce en nuestros caminos, ahora a proseguir en los andares. -se despedía.

-Espera –pidió Alister.

-¿Si? -le miro el mayor.

-Yo...me preguntaba...¿Dónde se dirige?

-En este momento...- hizo una pausa pensando un poco en su nuevo destino. -No tengo rumbo fijo, aunque me gustaría pasar por Chicago antes de embarcarme a la aventura de nuevo.

-¿Chicago? -inquirió el menor.

-Si, quiero ver como anda el Jazz en esa ciudad.

-¿Jazz? -le miro interrogante.

Una vida mas. (Editando. )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora